Por: Elia Y. Pacheco I.- La gestión gubernamental de Luis Abinader ha sido determinante con las políticas migratorias frente a Haití, puesto que ha impulsado la construcción de una verja divisoria en la frontera, un proyecto que pretende primordialmente limitar la inmigración ilegal, el contrabando y otros ilícitos.
Justo el pasado 27 de febrero de 2021, en su primera rendición de cuentas ante el Congreso Nacional, el presidente Luis Abinader anunció la construcción de una verja perimetral en los puntos más conflictivos de la frontera RD-Haití, como parte de las nuevas medidas para reforzar la seguridad en la zona, que combinarán los medios físicos y tecnológicos.
Tras casi un año de ese anunció, pasó de ser una promesa a una realidad, cuando el 20 de febrero del 2022, la República Dominicana comenzó las obras de construcción en la provincia Dajabón, del muro fronterizo que recorrerá cerca de la mitad de la frontera con Haití.
La obra fue iniciada por el presidente Luis Abinader a orillas del río Masacre, en la ciudad de Dajabón (noroeste), el principal paso fronterizo de la isla.
El proyecto incorporará los 23 kilómetros de la verja sencilla ya existente, que fue construida entre 2019 y 2021 sin grandes anuncios por parte de las autoridades, en las inmediaciones de las fronteras de Elías Piña y Jimaní, otros dos principales pasos oficiales con Haití.
Desde que Abinader anunció la construcción de la valla, hace un año, las autoridades haitianas han manifestado que no se oponen al proyecto, entendiendo que es una decisión soberana dominicana.
El Gobierno comenzó a levantar unos 160 kilómetros de muro en la frontera con Haití. En esta primera etapa de la obra se levantarán 54 kilómetros de muro “en las áreas más pobladas y sensibles de la frontera”. Este tramo contará con 19 torres de vigilancia y 10 puertas de acceso para patrullaje.
El proyecto tendrá una inversión aproximada de 31 millones de dólares y su ejecución está previsto que dure cerca de nueve meses.
La segunda etapa, explicó el gobernante, contempla levantar 110 kilómetros de verja más.
Se cubrirían en total 160 de los 380 kilómetros de la frontera por donde cruzan un gran número de haitianos que trabajan irregularmente en suelo dominicano, especialmente en la construcción y el comercio ambulante.
La división consistirá en un muro de hormigón armado y una estructura metálica de 3,90 metros de altura y 20 centímetros de espesor. Habrá unas 70 torres de vigilancia y control, así como 41 puertas para patrullaje.
El sistema de verja perimetral inteligente pretende integrar verja física, sistema de iluminación, centro de mando y control, sensores de movimiento, cámaras de video vigilancia, radares, torre de comunicación y de vigilancia, unidades aéreas no tripuladas, entre otras soluciones tecnológicas y de infraestructura a lo largo de la línea fronteriza.
ENDURECIMIENTO MEDIDAS MIGRATORIAS
Otro frente abierto por Abinader frente a Haití fue el incremento de las deportaciones de haitianos en los últimos meses, incluyendo a cientos de mujeres embarazadas que algunas fueron arrestadas cuando acudían a consultas médicas, una práctica que fue criticada por la ONU.
En septiembre pasado, el Gobierno dominicano también dio un plazo de tres meses a las empresas que emplean a haitianos indocumentados para regularizar su situación, pero pasado ese plazo no se han anunciado medidas punitivas contra los empresarios.
Además, Abinader anunció que comenzará a tomar datos biométricos de las personas que crucen la frontera, para facilitar la identificación de los extranjeros.
Cruzada internacional de ayuda a Haití
Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse el pasado 7 de julio, Haití se ha visto sumergido en una grave crisis institucional y de inseguridad que mantiene a su población en una preocupante situación de inestabilidad política y social, así como a una galopante crisis económica y alimentaria.
El presidente Abinader ha reiterado en varias ocasiones y en varios escenarios que la crisis de la nación vecina “debe ser superada por los mismos haitianos y atendida por la comunidad internacional”, en particular Estados Unidos, Francia y Canadá, con apoyo de la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU).
El jefe de Estado de la República Dominicana se dirigió a la Asamblea General de la ONU, para exhortar a la comunidad internacional a “asumir con urgencia y de una vez y por todas, la crisis haitiana como una de altísima prioridad y de permanente seguimiento”.
Luis Abinader en su discurso señaló que RD ha venido alertando sobre la posibilidad de que la situación de Haití desborde las fronteras del país, incidiendo como un factor de inseguridad en la región.
El mandatario recordó que la RD ha encarado prácticamente sola las consecuencias de la inestabilidad haitiana durante años y manifestó con certeza que “ninguna acción unilateral será suficiente para superar esa dramática situación”.
Por ello, Abinader consideró de urgencia restablecer la seguridad del país inmediatamente para entonces y sólo entonces poder celebrar unos comicios justos, libres y creíbles.
El presidente respaldó la solidaridad de RD con el pueblo haitiano, pero advirtió que “no hay, ni habrá jamás una solución dominicana a la crisis de Haití”.
Luego del discurso en la ONU, meses después y a través de la cancillería el Gobierno pidió ayuda a la OEA ante la crisis de Haití.
El canciller dominicano pidió ayuda a la Organización de Estados Americanos que intervengan ante las crisis que está afrontando Haití.
República Dominicana seguirá colaborando dentro de sus posibilidades ante la situación del país pero es obvio que no hay muchas soluciones ahí.
RÍO MASACRE
La situación del Río Masacre que comparten la RD y Haití, ha caído en letra muerta.
A finales de abril, parceleros de la zona agrícola el Coco, la Vigía y Sánchez, denunciaron que empresarios y políticos haitianos, construyen un canal para desviar las aguas del río Masacre hacia su territorio por la parte fronteriza de Dajabón.
Para mayo del 2021, el presidente Luis Abinader había informado que se ejecutarían las leyes y los acuerdos internacionales ante el conflicto por el desvío del río Masacre, para que no se perjudique a ninguna de las dos naciones.
Para dar inicio a la solución del conflicto, República Dominicana y Haití se reunieron a dialogar en ese mismo mes.
Abinader informó que en ese diálogo lo único que se aprobó fue crear una mesa técnica para mejor el entendimiento de los trabajos realizados en la zona fronteriza, en el marco de la subcomisión de Medio Ambiente y Agricultura de esta Comisión Mixta Bilateral, con miras a la conformación de la Mesa Hídrica Binacional.
Sin embargo, aparentemente los acuerdos han quedado en un limbo, mientras que hace a apenas un mes que el destituido canciller de Haití, Claude Joseph, defendió el derecho que tiene su país de construir un canal en el río Masacre dentro de su territorio, y que para ello no hay que pedir permiso a ningún gobierno extranjero, en alusión a República Dominicana.
Por el momento, el nuevo ministro haitiano de relaciones exteriores, Jean Víctor Geneus, no se ha referido al tema. Mientras que el Gobierno dominicano tampoco ha informado cuando retomarán el tema.
