Brasilia.- Los comisarios de la Policía Federal de Brasil anunciaron este miércoles que convocarán a huelgas “parciales y progresivas” en protesta por las promesas incumplidas del Gobierno de Jair Bolsonaro respecto a salarios y planes para los ascensos.
La decisión, informada mediante un comunicado, fue adoptada en una asamblea general de la Asociación Nacional de Comisarios de la Policía Federal (ADPF, por sus siglas en portugués) celebrada este martes y en la que también se acordó pedir la renuncia del ministro de Justicia, Anderson Torres.
Esa última exigencia, según el comunicado, responde a lo que es calificado de “desprestigio e irrespetuoso tratamiento” dado a los policías tanto por el presidente Bolsonaro como por el titular de Justicia, de cuyo despacho depende la Policía Federal.
El conflicto con los agentes de ese organismo, que constituyen una buena parte de la base política de Bolsonaro, se arrastra desde diciembre pasado, cuando el mandatario llegó a anunciar un aumento salarial para la Policía Federal que aún no se ha concretado.
Tras ese anuncio, el sindicato de empleados públicos protestó por la “preferencia” dada por Bolsonaro a la Policía Federal y convocó de igual forma a una serie de huelgas escalonadas, que se mantienen hasta hoy en diversos organismos, como el Banco Central.
En el comunicado, la ADPF subrayó “la gravedad del momento y del posicionamiento del Presidente que, después de haberse comprometido públicamente con el presupuesto y la reestructuración” de los planes de ascensos, “ha decidido no honrar su propia palabra”.
También la nota dice que “es importante destacar que la seguridad pública fue la mayor bandera de la campaña” de Bolsonaro hacia la Presidencia en las elecciones de 2018 y califica de “vergonzoso” que ahora no respete “los valores de la ética, la palabra y el honor”.
Según el comunicado, el “calendario de paralizaciones parciales y progresivas” será anunciado en los próximos días.
La amenaza de huelga de la Policía Federal y las paralizaciones ya en marcha en otros organismos públicos se dan en momentos en que Bolsonaro se prepara para la campaña de cara a las elecciones del próximo octubre, en las que intentará renovar su mandato.
Las encuestas, sin embargo, hasta ahora no le favorecen y sitúan como claro favorito al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, gran antagonista de Bolsonaro y quien gobernó entre 2003 y 2010.
