Santo Domingo DN.- El presidente del Ministerio Jesús es Sanidad y Vida Eterna, reverendo Domingo Paulino Moya, dijo hoy que el liderazgo político que gobierna el país debe despojarse del sesgo del poder y volver a pisar el camino de la humildad, para que pueda entender que las iglesias son las últimas instancias de poder en pie con voz sosegada y de justicia, que le sobrevive al país.
El también presidente de la mesa de la Opinión Cívica y Política Cristiana, cree que las ultimas reacciones de las voces autorizadas del gobierno, procuran bajar la confrontación con los hombres de púlpitos del país, debe avanzar a lo práctico.
Pidió además el reparo de las acciones que mantienen en un tranque jurídico penal a la continuidad del derecho a la vida desde su concesión, el combate practico a la corrupción administrativa, la toma de acciones contra el sicariato, el crimen organizado y el respeto al orden democrático y jurídico establecido.
El vocero político evangélico, enfatizó que la reacción de la comunidad religiosa Dominicana en temas de alto interés colectivo, debe ser tratada por toda los sectores de la nación con respeto y atención.
Expresó que las entidades de bien común no improvisan cuando emiten juicio de valor, ni actúa poseída de rencores, odio, retaliación ni dañada por revanchismo político, sino más bien por una observación del acontecer nacional con madures y buen juicio.
Paulino Moya, cree preocupante que funcionarios del gobierno hayan perdido el respeto que le merecía la labor pastoral humanitaria, de los hombres que profesan la fe cristiana, arremetiendo sin cuidado con el poder que el pueblo le has dado, contra sus entidades humanitarias, sus voces redentoras, que en una misión de amor y paz se ocupan de defender y dar auxilio a los sectores más desposeídos del pueblo dominicano.
Manifestó que esta preocupaciones no solo se escucha en los púlpitos cristianos, sino también en todos los sectores de representatividad social nacional, pero que el grito religioso que puso el dedo en el orgullo del poder gubernamental, ha sido las preocupaciones de la iglesia a las pretenciones de continuidad del gobierno del presidente Danilo Medina Sánchez.
Dijo que estas pretensiones daña la confianza requerida para tener el oído puesto en el corazón del pueblo y ser un buen servidor público que garantice el sagrado derecho a disentir colectivo.