El escenario del Teatro Nacional quedó pequeño para el espectáculo ofrecido por el astro mexicano Emmanuel, cantando sus mejores éxitos, todos coreados por un motivado público.
La euforia se apoderó de los presentes desde que Emmanuel subió a escena a ritmo de “Corazón de melao”.
Más de 23 éxitos de la laureada carrera musical de más de cuatro décadas fueron entonados, bajo el acompañamiento de una excepcional banda de música, compuesta por más de 14 instrumentistas y cuatro coristas.
Emmanuel hizo de todo en el escenario. Contó anécdotas de como escribió algunas de sus canciones, bromeó, hasta habló de paz, amor a Dios y respeto a la mujer.
Entre cada tema, el ídolo mexicano tenía que hacer pausas por dar paso la algarabía del público, que mantuvo empatía por alrededor de dos horas, de principio a fin.
El recital de éxitos continuó con: “Seguía lloviendo afuera”, “Pobre diablo”, “Durmiendo vivir”, “Detenerla ya”, “Bella señora” y “Rey azul”, canción que escribió recordando un amor de cuando era un niño de 12 años.
Prosiguió su antología de hits con “Terco corazón” y “Tengo mucho que aprende de ti”, con cuyo contenido sorprendió al público porque no evoca al amor de una mujer, sino al amor a Dios. Fue coreada de principio al fin por el público presente.
La cadena de éxitos siguió con: “Es mi mujer”, “Sentirme vivo”. Aprovechó para bajar del escenario, con la música de fondo de la orquesta y los coros, y regresó con un cambio de look y renovada energía con el tema “Por mi mala suerte”, composición de Juan Luis Guerra, en el año de 1990. El tema subió la adrenalina al máximo nivel.
Momento seguido, Emmanuel aprovechó para elogiar a Juan Luis Guerra y lamentó que no pudo acompañarle.
“Arrimar el alma” fue el próximo tema en el que el que casi la totalidad de los presentes se pusieron de pie y cantaron a todo pulmón.
El recorrido musical continuó con “El día que pueda”, “Todo se derrumbó”, “Bella”, “Tu y yo” y “La chica de humo”, “Toda la vida” y “La última luna”.
Emmanuel solo cantó un tema nuevo, de su próxima producción, titulado “Esa mujer” y lo atribuyó a que el público que paga por verlo, desea escucharle cantar sus éxitos.
Emmanuel terminó a todo vapor, con derroche de energía, fuerza interpretativa y electrizante baile que mantuvo de principio a fin.