“No tengo nada que decir”, fueran las únicas palabras que se limitó en decir el párroco Arismendy de León, quien fue interrogado por varias horas, luego de haber recibido y entregado ayer a las autoridades a Miguel Cruz de la Mota, quien confesó haber matado al ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera.
Tras su salida del interrogatorio que encabezó la directora general de Persecución, procuradora adjunta Yeni Berenice Reynoso, el párroco les manifestó a los medios de comunicación que la información que tenía que dar sobre el crimen, las ofreció al Ministerio Público.
“No voy a decir nada, lo que tenía que decir ya lo dije, ustedes son periodistas interpreten lo que ustedes quieran, no tengo nada que decir”, expresó el párroco con actitud molesta.