Por Massiel del Rosario.- El gobierno de Estados Unidos desarrolla un programa de visados de trabajo de verano, en el que estudiantes universitarios reciben la oportunidad de vivir y trabajar temporalmente en ese país. Incluso, en República Dominicana, varias agencias se dedican a gestionar estos trámites.
Kristin G. Love, del Centro de los Derechos del Migrante, advirtió sobre los peligros a los que se pueden exponer los jóvenes participantes.
“Frecuentemente sufren abusos, como la falta de pagos de salarios mínimos, la falta de viviendas adecuadas y muchos otros abusos, incluso llegando a la trata humana”, expresó .
En el programa Nuria Investigación Periodística se detalla sobre los beneficios del programa, así como también los diversos riesgos a los que se pueden exponer sus participantes.
Las solicitudes del programa rondan los 8,500 aplicantes por año y funciona básicamente entre los meses de mayo a septiembre. Este alto número de solicitudes ha representado una oportunidad de negocio para muchas personas que prestan servicios a través de las denominadas agencias de intercambio cultural.
La Abogada consultada Catherine Martínez González, explicó que las agencias funcionan como intermediarios entre los estudiantes que aplican y los sponsors.
“Los sponsors son unos de los requisitos para el visado J1. Yo tengo que tener una persona que me apadrine, por así decirlo, el visado, que es quien me otorga el contrato de trabajo”, indicó.
Entre estas agencias que gestionan empleos con los sponsors o departamentos de reclutamientos está World Of Opportunity Life Experience, conocido como Woole, ubicada en la Plaza Royal, Máximo Gómez, cuya gerente es Nancy De La Cruz De La Rosa.
Allí durante el pasado año e inicios de este año, se acercaron cientos de universitarios, incluyendo una estudiante de turismo de 20 años que acudió en septiembre de 2021 y un estudiante de orientación escolar de 27 años que inició los trámites en diciembre de 2021.
El pago del servicio solo incluye charlas de orientación, la oferta laboral en Estados Unidos, seguro contra accidentes y obtención del formulario DS-2019 para solicitar la visa sin garantía para el otorgamiento de esta pero no incluye alimentación, alojamiento y transporte en Estados Unidos, pasajes aéreos ni los 160 dólares por concepto de solicitud de visa ni una entrevista que realiza la agencia para medir el nivel de inglés cuyo costo es de 1,200 pesos adicionales.
Alexis Ramírez, uno de los afectados dijo que en la entrevista te hacen varias preguntas en inglés de tu personalidad. Y ya ¿qué te dedicas, dónde estudia?, ¿Qué te gustaría hacer en Estados Unidos?
Después, firman contratos con una disponibilidad de viaje desde el 10 de mayo hasta el 11 de septiembre de 2022 y con una cláusula donde establece que el estudiante y sus garantes deberán presentar una garantía de 20 mil dólares para garantizar el retorno, es decir que deben pagar esa suma en caso de que el participante se quede en Estados Unidos finalizada la oferta laboral que va desde cajeros, camareros, hasta recepcionistas, cocineros, operadores de máquinas en parques de atracciones y organizando habitaciones en los hoteles.
Ashley Montero, otra de las afectadas, indicó que iba a ser host en un restaurante que iba a ganar 10 dólares la hora, pero iba a tener propinas.
Los afectados señalan que se quedaron en el aire hasta marzo de este año cuando la agencia le ofreció tres opciones: esperar a ver que podría suceder, permanecer con ellos hasta el próximo año o realizar una carta de descargo voluntario donde le cobraran una penalidad de 500 dólares o de lo contrario perderían todo el dinero.
“Nosotros, como tenemos el sueño americano, todavía estamos temprano, los estudiantes que estaba junto con nosotros le dijimos ok, nosotros vamos a continuar el proceso, expresó Alexis Ramírez, afectado.
Justo en ese mismo tiempo, reciben un correo de parte del Consulado de Estados Unidos donde le indican que “el programa oficial de citas de grupo para Summer Work Travel ha finalizado y que si desean hacerlo, tiene que ser individual pero no aseguran que pueda obtener una cita para viajar bajo estos programas este año”.
Origen del trabajo de verano
El visado J1 y su programa Summer Work and Travel fue creado en 1961 para mejorar la diplomacia, pero durante los últimos 8 años es cuando ha cobrado mayor auge entre los jóvenes dominicanos, que deben cumplir con varios requisitos como: dominio del inglés básico-intermedio, tener entre 18 y 29 años de edad, estar cursando activamente una carrera universitaria o técnico superior en República Dominicana y haber completado al menos un trimestre en la universidad.
La agencias
La abogada Catherine Martínez expresó que no hay un límite establecido de visados que se otorguen por país o anualmente tampoco. Entonces eso tiene que ver con la calificación de cada aplicante.
“La agencia debe saber los requisitos legales para poder entrar al programa y descartar los aplicantes antes de que inicien la solicitud, indicó Martínez.
Expertos establecen que las agencias también deberían contemplar las fechas de las citas consulares antes de establecer una oferta de trabajo.
“La agencia lo que alega es que ellos no manejan al sponsor, las decisiones que toma el sponsor y tampoco manejan al consulado. Porque es cierto, el consulado cerró las citas grupales, pero ellos tuvieron tres meses muy largos para agendarnos citas a nosotros”, dijo Ashley Montero.
Por eso, el primero de junio hicieron una reclamación ante el Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), con la esperanza de que le devuelvan la totalidad del dinero invertido.
Acordamos una entrevista con la gerente de la agencia, Nancy de la Cruz de la Rosa pero esta nunca acudió. Antes, habíamos conversado vía telefónica con ella y esta fue su justificación.
Curiosamente, este miércoles, durante el proceso de elaboración de este reportaje, ambas partes llegaron a un acuerdo y firmaron, entre comillas, este contrato manuscrito en el que la agencia se compromete a la devolución total del dinero invertido con la excepción de 250 dólares y los documentos entregados por los estudiantes en un plazo de 15 días a cumplirse este 8 de julio.
Pero el incumplimiento de una agencia o pérdida de la inversión del dinero, no sería el único riesgo en torno a este programa de trabajo.
La iniciativa ha sido objeto de debate público en varias ocasiones. Incluso la coalición International Labor Recruitment Working Group, que encabeza el Centro de los Derechos del Migrante publicó en 2019 un estudio sobre el tema titulado “Iluminando el trabajo de verano: una primera mirada a los empleadores que usan los visados de trabajo de verano J-1.
El informe citó el ejemplo de ocho trabajadores colocados en un apartamento infectado de chinchas. Parte de esos testimonios también se encuentran en la página web contratados.org, creada por el Centro de los Derechos del Migrante para que los participantes califiquen a sus reclutadores. Por ejemplo sobre el reclutador José M. Gracia Harvesting, Inc, en Florida, nos encontramos con estos comentarios: “muy explotador y muy mal salario”, “cobran por traernos y la verdad no se vale, abusan mucho de la gente”, “tratan mal una vez estando allá. Si consideran que no rindes te corren y además te cobran 40 mil dólares te corran o no”.
La coalición establece que el programa se ha alejado del intercambio cultural para el que fue creado y se ha transformado en una fuente de mano de obra barata para las grandes empresas.
La asesora del Centro de los Derechos del Migrante manifestó que la visa J1 tiene menos protecciones para personas trabajadoras que otros programas.
“Entonces, muchas empresas en los Estados Unidos han decidido participar en el programa J1 en vez de otros programas de visas para evitar las obligaciones de respetar los derechos laborales de las personas”, subrayó.
Otra denuncia de la coalición establecida en el estudio es la falta de transparencia y rendición de cuentas en torno al programa.
“Los patrocinadores que participan en este programa, ellos son quienes cuyos nombres son publicados, pero las empresas que participan en el programa frecuentemente ocultan sus identidades, no revelan que están participando en este programa, y el gobierno no revela la información sin una solicitud de información pública”, dijo Greer Love.
Entre las principales empresas señaladas por el estudio que contratan a estos empleados temporales destacan Cedar Fair Park, Mc Donald’s, así como los parques de atracciones Six Flags y Disney.
La Ley Federal de los Estados Unidos protege a las personas con visas J1 para el salario mínimo, que es siete dólares veinticinco centavos, en la mayoría de los casos, los beneficiarios del programa no tienen mucha información sobre las verdaderas condiciones laborales.
También condenan el hecho de que una persona tenga que pagar altas sumas de dinero a cambio de un empleo.
Otra denuncia de la asesora del Centro de los Derechos del Migrante es que hay personas que pagan cuotas de reclutamiento muy altas y llegan a los Estados Unidos con deudas. 3:04
Ashley Montero indicó que parte de ese dinero lo ahorró de su trabajo de medio tiempo y la otra parte fue mediante mis padres, entre todos hicimos algunos préstamos.
Cuentan que pese a esta experiencia negativa, conocen a otros jóvenes que han ido y tienen una valoración positiva de la iniciativa.
Mientras, la abogada Catherine Martínez dijo que es un intercambio donde obviamente el estudiante quiere conocer cosas nuevas, quiere tener experiencia, quiere conocer otro país y a cambio de eso ofrece mano de obra en ciertos sectores mucho más económicas para el empleador. Pero realmente es un intercambio.
Sin embargo, organizaciones internacionales opinan lo contrario y señalan que hay pocas oportunidades de intercambio cultural.
En medio de este choque de opiniones, hay algo en lo que todos coinciden.
Kristin Greer Love, entiende que quienes solicitan este proceso deberían estar preguntando, haciendo muchas preguntas antes de solicitar una visa J1, antes de aceptar una oferta de trabajo.
Para Catherine Martínez la embajada siempre emite comunicados con las informaciones pertinentes o buscar ayuda especializada, que no necesariamente es una agencia.
Mientras tanto, los jóvenes seguirán cruzando las fronteras “buscando visa para un sueño”, como reza la popular canción de Juan Luis Guerra, pero que lo hagan con las orientaciones de lugar, para que ese sueño no se transforme en pesadilla.