49 mujeres han perdido la vida en hechos de violencia y feminicidios en lo que va de año, 40 de las cuales, equivalente a 81.6%, murieron a manos de sus exparejas.
Este cuadro trágico es interpretado por la presidenta de la Fundación Vida Sin Violencia, Yanira Fondeur, como un fallo del sistema a las mujeres víctimas de violencia y feminicidios.
“Entonces el sistema está fallando, necesitamos medidas, o sea, investigaciones y consecuencias para quienes fallan en el sistema ante estas vidas, porque no solamente estamos hablando de una mujer, estamos hablando de una familia que se destruye por completo”, significó.
La activista de la sociedad civil afirmó que de esas víctimas de violencia de género se han generado 53 huérfanos, situación que coloca a República Dominicana entre los países de América Latina con mayor tasa de feminicidio.
Manifestó que cuatro mujeres cayeron víctimas de feminicidios teniendo órdenes de protección frente a las amenazas de que sus vidas corrían peligro como consecuencia de la violencia.
Deploró que solamente en lo que va del mes de agosto en Santiago han ocurrido dos feminicidios de mujeres que tenían órdenes de protección.
Fondeur s expresó en esos términos al ser entrevistada por Federico Méndez en el programa Esferas de Poder.
Lamentó que casos trágicos suceden en el hogar que debe estar revestido de la mayor seguridad y en presencia de niñas y niños, que además de la secuela quedan con el trauma producto del hecho.
Fondeur recomendó la existencia de una policía especializada en violencia intrafamiliar y de género por la complejidad que entraña el manejo del tema, con el propósito de que no se revictimice a la mujer que busca ayuda.
“Realmente son alarmantes los niveles de violencia que existen en nuestra nación contra las mujeres, no solamente podemos circunscribirlos a los feminicidios, porque hay muchos casos de violencia grave que gracias a Dios no culminan en asesinatos”, adujo.
Calificó como inaceptable que una víctima de violencia luego de pasar meses y a veces años de miedo, violencia y vergüenza, sentido de culpabilidad, aislamiento y otras acciones que afectan su salud mental, que decide tener el valor de buscar ayuda ante las autoridades, que le fallen cuando tiene una orden de protección.
“Entendemos que hay que seguir sensibilizando a jueces, a policías y a ministerios públicos para que vean, antes de dictar una orden de protección, la peligrosidad que tiene el agresor y el riesgo que corre la vida de la víctima que busca ayuda pensando que la van a salvar”, acotó.
Sostuvo que inmediatamente se notifica una amenaza en contra de una mujer, se debe establecer si el agresor porta arma de fuego, para proceder de inmediato a su retención.
Entiende que esto forma parte de un conjunto de medidas protocolares que deben ejecutarse con el propósito de que haya garantías para la vida de la mujer amenazada.
Fondeur manifestó que el Estado ha estado haciendo esfuerzos y hay mayores casas de acogida, las cuales se elevan a 16, pero entiende que la base de la problemática está en la prevención.
“No tenemos que esperar llegar a una casa de acogida, es prevenir, seguir creando conciencia para que haya una masculinidad respetuosa, que se integre al cuidado del hogar”, subrayó.
Advirtió que cuando la mujer decide terminar con una relación tóxica es donde más peligro enfrenta su integridad física.
Considera que debe haber seguimiento a las órdenes de protección porque de nada vale que se emitan si al final el hombre logra su objetivo de asesinar a una mujer.