Los obispos de la República Dominicana manifestaron este lunes “gran preocupación” por el pueblo católico de Nicaragua y, especialmente, por la detención del obispo Rolando Álvarez, un crítico contra el Gobierno de Daniel Ortega arrestado la madrugada del 19 de agosto.
En un comunicado de prensa, la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) se refirió a “los graves y dolorosos acontecimientos que está sufriendo el pueblo católico de ese país hermano, especialmente en la persona de Monseñor Rolando Álvarez”.
Mediante el documento, la CED se une “a las voces de tantos hermanos obispos de otras naciones y a la opinión pública internacional” para manifestar nuestra solidaridad con los hermanos católicos nicaragüenses y solicitan a los fieles “orar intensamente” para que “cese el hostigamiento que impide vivir y expresar su fe en paz y libertad”.
“Las amenazas y arrestos, la violencia y las vejaciones contra pastores y laicos del pueblo nicaragüense nos duelen profundamente. Nos hieren, de igual modo, las profanaciones y destrucciones de objetos y lugares sagrados”, agrega el comunicado, donde reiteran su solidaridad y constante oración.
El obispo Álvarez, un fuerte crítico contra el Gobierno de Ortega, fue arrestado la madrugada del 19 de agosto por agentes policiales que irrumpieron a la fuerza en la curia episcopal de Matagalpa (norte), donde estaba confinado desde hacía 15 días, en plena escalada estatal contra la Iglesia católica.
Álvarez, de 55 años, es el primer obispo arrestado desde el retorno al poder de Ortega (2007), cuyas relaciones con la Iglesia católica, la religión y los creyentes en Nicaragua han estado plagadas de fricciones a lo largo de 43 años.
En 2022, la Iglesia católica en Nicaragua ha sufrido encarcelamientos o retenciones de sacerdotes, la cancelación de ocho radioemisoras y tres canales católicos, el ingreso por la fuerza y allanamiento a una parroquia, y la expulsión de las misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.
EFE