"No hay palabras": mataron y le sacaron el bebé a joven embarazada porque querían reemplazar un hijo perdido - N Digital
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“No hay palabras”: mataron y le sacaron el bebé a joven embarazada porque querían reemplazar un hijo perdido

“Estoy en el sur de Chicago por la 79 y Pulaski, si quieres esperar una semana, mi hija tiene ropa Nueva para niño que su hijo nunca usó”, le escribió Clarisa Figueroa, de 46 años, en un grupo de Facebook a Marlen Ochoa. Ella respondió “Sí niña, está bien, muchísimas gracias”. Y la otra mujer le contestó: “No hay problema niña, yo sé cómo es. Ella tuvo suerte de tener dos baby showers y le encanta compartir (…) Escríbeme por privado para más información”.

Esta fue la conversación donde le lanzaron el anzuelo a la joven hispana embarazada de 19 años que desapareció en Chicago y luego de tres semanas apareció muerta en un basurero sin su bebé. Las autoridades señalan que fue estrangulada por la mujer que la invitó a su casa, quien la engañó con regalarle ropa para su hijo que estaba a punto de nacer.

Los detalles del crimen contra esta joven indocumentada son impactantes y han atraído la atención de medios en todo el país: Figueroa y su hija Desiree, de 24 años, estrangularon con un cable a Marlen y luego le cortaron el vientre para extraerle al bebé. ¿Lo más aterrador? Su motivación, pues aparentemente la mujer quería criar a otro niño dos años después de que su hijo adulto falleció de causas naturales, según los investigadores.

“No hay palabras para expresar lo repugnantes y perturbadoras que son estas acusaciones”, dijo el superintendente de la Policía, Eddie Johnson, en una conferencia de prensa para anunciar los cargos de asesinato en contra de Figueroa y su hija. El novio de la madre, Piotr Bobak, de 40 años, también enfrenta cargos por encubrimiento del crimen.

Clarisa Figueroa (izq.), de 46 años, su novio Piotr Bobak (der.), de 40, y la hija de Figueroa (centro), Desiree, de 24, son acusados por el asesinato de Marlen Ochoa. Crédito: Departamento de Policía de Chicago vía AP

Los padres de Marlen también hablaron ante los medios este jueves y desconsolados dijeron que buscarán justicia, pues lo que sucedió tras la desaparición de su hija y su nieto los tiene desconcertados. “Perder un hijo es el dolor más grande que puede tener uno”, dijo entre lágrimas y con la voz entrecortada la madre de la joven, Raquel Urióstegui.

Esto también lo sabe bien el esposo de la víctima, Yiovanni López, quien ahora solo suplica por un milagro porque los médicos no creen que su bebé sobreviva. “Es muy doloroso decirlo, pero tiene muerte cerebral el niño, porque al tiempo que él vino a la vida fue arrancado de una manera que no debería de ser”.

Rotos de dolor, padres de la hispana embarazada que fue estrangulada en Chicago claman justicia

El día que la mataron y le quitaron el bebé

Los cargos contra estas tres personas se presentan tres semanas después de que Marlen desapareció, tiempo durante el cual su familia estuvo en vilo, organizando grupos de búsqueda y ofreciendo conferencias de prensa con el fin de presionar a la Policía con la investigación.

El pasado 23 de abril después de salir de su secundaria, Latino Youth High School, se suponía que iría a recoger a su otro hijo de 3 años, pero nunca llegó.

Según la Policía, la joven salió de la escuela y condujo a la residencia de los Figueroa por el ofrecimiento de ropa para bebé gratis que le habían hecho por Facebook. A su llegada, las mujeres la estrangularon y le abrieron el vientre para sacarle al bebé.

Horas más tarde, Figueroa llamó desesperada al 911 para pedir ayuda porque “su bebé” recién nacido no estaba respirando. Cuando llegó el personal de emergencias, el niño estaba azul. Intentaron reanimarlo y lo trasladaron a un hospital cercano donde, según las autoridades, permanece en estado grave desde que entró.

Pero en ese momento la Policía no relacionó la desaparición de Marlen con esa llamada al 911. Eso ocurrió solo 15 días después, el pasado 7 de mayo, cuando amigos de la joven desaparecida condujeron a los detectives hacia sus redes sociales, en la que se leía que se había comunicado con Figueroa en un grupo de Facebook sobre mujeres embarazadas.

Durante esas semanas Clarisa Figueroa había fingido ser la madre del bebé que le había “arrancado del vientre” a Marlen, mientras sus restos reposaban en un basurero en el patio trasero de su casa, ubicada solo a unas 4 millas de la casa de la víctima. Con el mayor de los cinismos, la mujer también había iniciado una campaña de GoFundMe para el funeral de su bebé moribundo, como contó Sara Walker, portavoz de la familia de la víctima.

Pero cuando las autoridades se dieron cuenta de esa comunicación, acudieron a la casa de Figueroa de inmediato. Su hija Desiree les dijo que su madre estaba en el hospital debido a una lesión en la pierna, antes de asegurar que acababa de tener a un bebé, recordó Brendan Deenihan, jefe adjunto de los detectives.

“Contó una historia sumamente extraña” y los agentes “más o menos sabían hacia dónde iba”, afirmó Deenihan.

Entonces, la Policía ordenó que se le practicaran exámenes de ADN al supuesto bebé de Figueroa y allí confirmaron lo que se temían: Marlen y su esposo, Yiovanni López, eran los verdaderos padres.

Al mismo tiempo, los agentes registraron el vecindario y hallaron el vehículo de la joven a unas cuantas cuadras. Este martes volvieron con una orden de cateo y encontraron artículos de limpieza, así como evidencia de sangre en el pasillo y el baño de la vivienda.

Horas después encontraron el cuerpo de Marlen en un bote de basura ubicado en la parte posterior y recuperaron video de vigilancia que mostraba el vehículo de la víctima en el vecindario el día en que se cree que fue asesinada, indicaron las autoridades.

“Hay gente mala en este país”

Su padre, Arnulfo Ochoa, dijo que sus familiares agradecen que la hayan encontrado, pero no ve la hora de que se haga justicia. “Lamentable hay gente mala en este país también, que le han quitado la vida a mi hija. Quiero que se haga justicia y que se investigue hasta el hospital”, lamentó sin contener el llanto.

La familia de la víctima también critica la respuesta de las autoridades en este caso. “Por qué no se dieron cuenta que había llegado una persona ya mayor de edad haciéndose pasar que había tenido un bebé”, cuestionó Ochoa.

Y agregó que había testigos que sabían lo que sucedió, pero que no se atrevieron a hablar por ser indocumentados. “Ahora que hemos encontrado a mi hija sin vida, mucha gente anda diciendo que sabían lo que había pasado con ella”, dijo delante de los medios afuera de la Oficina del Médico Forense del condado Cook.

“Escucho la palabra muerte… de Marlen… y no lo puedo aceptar”, sollozó la madre.

Los familiares de la víctima están destrozados y ahora también se preparan para la muerte del bebé, aunque aún con la esperanza de un milagro. “Que Dios nos de ese milagro de que ese angelito esté con nosotros y vea a toda su familia. Porque es una bendición que dejó mi esposa”, dijo el esposo de la joven fallecida afuera de la morgue.

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