Por: Joel Suriel. – Varias gestiones de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana (CCRD) no han salido del candelero público con escándalos que han salpicado al pleno de turno de ese organismo durante varias décadas.
Desde acusaciones de maquillar auditorías, juicio político, renuncias, hasta acoso laboral, son algunos de los escándalos en los que se ha visto envuelta esta institución que se encarga de auditar a las entidades públicas.
La reciente denuncia contra el presidente de la CCRD, Janel Andrés Ramírez, por acoso laboral contra varias empleadas de la entidad, incluidas miembros del pleno de la institución, ha encendido la mecha en la opinión pública.
Este conflicto en la entidad fiscalizadora ha provocado que la Comisión Permanente de la Cámara de Cuentas de la Cámara de Diputados invite a los miembros del pleno para que expliquen a los legisladores la situación que atraviesa esa entidad con las denuncias.
Una de las peores crisis que ha experimentado este organismo fue en el 2018, cuando el pleno de esa entidad fue acusado de que realizaban auditorías a instituciones públicas carecían de sustentación.
En aquel entonces, el Senado de la República celebró un juicio político contra los nueves miembros del pleno de la Cámara de Cuentas, lo que provocó la renuncia de su presidente, Andrés Terrero Alcántara y provocó la destitución de otros.
Otro pleno que dio mucho de qué hablar ante la opinión pública fue el encabezado por Hugo Álvarez Pérez, en cuya gestión pasó lo que nunca había pasado en la historia institucional del país, que la Cámara de Cuentas fuera allanada por el Ministerio Público por presuntos actos de corrupción bajo la operación Caracol.
A un año de haber asumido, ese pleno generó un avispero tras auto-aumentase los salarios, hasta 423 mil 500 pesos mensuales el presidente Hugo Álvarez, para un incremento de 73 mil 500. Previamente devengaba un salario de RD$350,000.00, mientras que los demás jueces pasaron de 313 mil 304 pesos a RD$379,097.84.
Mientras esa Cámara de Cuentas señalaba en los medios de comunicación que no disponían de recursos para contratar auditores y técnicos que ayudaran a agilizar las decenas de auditorías pendientes, esa entidad gastaba millones de pesos en almuerzos, bebidas, cigarros de marcas, restaurantes, tarjetas de crédito y donaciones.
El año pasado, la procuradora general de la República, Miriam Germán, dijo que el pasado presidente de la Cámara de Cuentas, Hugo Álvarez Pérez, “mintió” mucho al personal del Ministerio Público que investiga a esa entidad, al entregar auditorías de instituciones o obras de infraestructura incompletas, al compararlo con el maquillaje que lleva un trasvesti o trasvestido.
Germán se refirió en específico a una auditoría solicitada a la construcción de la cárcel Las Parras, bajo la gestión del exprocurador general Jean Alain Rodríguez, la cual Álvarez Pérez entregó tarde e incompleta al personal de la Procuraduría Especializada en Persecución de la Corrupción (Pepca).
“Se maquillaba, se arreglaba, dependiendo de la magnitud del caso, habían maquillajes que fueron como las que usan las drag queen, esos son las trasvestis, maquillajes excesivos. Por ejemplo, hay varias incompletas, por ejemplo pretendemos que se audite la construcción de la cárcel de las Parras y no enviaron nada sobre eso”, dijo Germán en aquella ocasión.
La única gestión que no incurrió en escándalos en la Cámara de Cuentas fue la encabezada por Licelot Marte de Barrios, aunque el actual presidente de la República, Luis Abinader, en el 2013, cuando era un dirigente opositor, pidió interpelarla para que explicara sus declaraciones sobre que con el dinero público que se roba en el país se construyeran dos países.
