América Latina es la “única región del mundo” donde no disminuyeron los matrimonios forzados en los últimos 25 años, según se puso de manifiesto este viernes en un encuentro con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
El acto, organizado por la Secretaria de Estado española de Cooperación Internacional, se celebró en la Casa Árabe de Madrid.
“Una de cada cinco niñas en América Latina y el Caribe ha contraído matrimonio antes de los 18 años. Se estima que, si no se llevan a cabo acciones concretas, para el año 2030 cerca de veinte millones de niñas se habrán casado antes de esa edad”, aseguró Rocío Muñoz, asesora regional de Género del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
Muñoz recordó que es importante reconocer los “elementos importantes” que contribuyen a esta situación, como los estereotipos que colocan a las mujeres en posiciones de “menos derechos y más desigualdades”, así como la “ausencia” de políticas públicas que permitan atenderlas “de manera efectiva y adecuada”.
Por otra parte, el hambre y la exclusión son “una forma muy fuerte de violencia contra las mujeres”, como explicó Benedetta Lettera, responsable de Operaciones para América Latina y Filipinas de la ONG Acción Contra el Hambre (ACH).
“América Latina es la región del mundo donde las mujeres pasan más hambre que los hombres. La pobreza, la falta de oportunidad y la salida masiva de las mujeres del mercado laboral a consecuencia de la pandemia son factores que han agravado la situación”, indicó.
Lettera puntualizó que, en lo que va de año, en Honduras, por ejemplo, han sido asesinadas 240 mujeres.
Sobre los desplazamientos forzosos de mujeres y niñas en América Latina y el Caribe, Juan Carlos Pacheco, asesor regional de la Sociedad de Ayuda al Inmigrante Hebreo, explicó que la situación actual es “la más grave” en la historia reciente de Latinoamérica, con más de veinte millones de personas desplazas por la fuerza.
“La financiación para dar respuesta a la violencia de género en materia de salud mental, en apoyo psicosocial, es la más baja de toda nuestra historia. Estamos aquí para llamar a la cooperación internacional y cambiar esto” agregó.
Como medidas para revertir esto, Peggy Martinello, directora de Administración Pública y Asuntos Sociales de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), propuso incorporar una “mirada interseccional” en las políticas públicas.
“Las desigualdades múltiples que sufren las mujeres, en particular migrantes víctimas de violencia, se tienen que tomar en cuenta. Y esto implica que actores públicos y ministerios tengan que sentarse y ponerse a trabajar juntos”, concluyó.
EFE