El informe presentado a Joe Biden por del secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, y otros altos oficiales de esa cartera, sobre los tres objetos desconocidos que recientemente fueron derribados, parecía “una trama de ciencia ficción”, informa The Washington Post.
Después del derribo del globo aerostático chino a inicios de febrero por parte de Washington, otros tres objetos voladores también fueron neutralizados en el espacio aéreo estadounidense y canadiense. Según el Pentágono, estos últimos aparatos representaban una amenaza para la aviación civil y temían que estuvieran dotados con equipos de espionaje.
Durante varios días, en una situación que “a menudo parecía surrealista“, las autoridades de EE.UU. analizaron urgentemente los patrones climáticos y se pusieron en contacto con los gobiernos de otros países.
Finalmente, Biden aceptó la recomendación del Pentágono y ordenó la destrucción de los aparatos. Pero este jueves, reconoció que no pertenecían al programa de vigilancia de China o de cualquier otro país, y que por el contrario, se tratarían de objetos de índole comercial, recreativos o de investigación.
Biden también manifestó que el repentino incremento de la aparición de los objetos no identificados se debió a los ajustes realizados en los radares militares tras la detección del globo chino. Tras dichos ajustes, los militares se encontraron con un “nuevo universo de objetos voladores con intenciones poco claras”, mientras que los funcionarios “no tenían idea de qué eran o si eran nefastos antes de decidir derribarlos”, señala el periódico.