El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó este martes una resolución que “exhorta” a las partes implicadas en conflictos armados a “buscar activamente a las personas dadas por desaparecidas”.
El texto también pide a estos grupos, estados o entidades que faciliten la devolución de sus restos en caso de fallecimiento.
En este sentido, además de instar a que se evite la desaparición de personas y a que se facilite la reunión de las familias, la resolución hace un especial llamado a que se preste una mayor atención en los casos de niños desaparecidos.
“Algunas de las más terribles consecuencias de la guerra son las que no se ven. Cuando los traumas son invisibles, se pasan por alto, se ignoran o pierden prioridad”, dijo el presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, al comienzo de la reunión a través de una vídeo conferencia.
Maurer denunció que el CICR registró “solamente en 2018, más de 45.000 nuevos casos” de desapariciones en conflictos.
“Sabemos que esta cifra es la punta del iceberg y que no refleja la verdadera magnitud del problema ni hace justicia al sufrimiento de todas y cada una de las familias” agregó.
Según el presidente de la Cruz Roja, “el trauma de una pérdida ambigua es una de las heridas más profundas de la guerra. El dolor infecta a comunidades enteras, dura décadas e impide que las sociedades se reconcilien”.
En este sentido, la resolución aprobada este martes “exhorta” a que se garanticen “investigaciones exhaustivas, prontas e imparciales” y que se lleven a juicio los delitos relacionados con personas desaparecidas por conflictos armados.
Asimismo, pide que se notifiquen los nombres de las personas privadas de libertad, incluidos los prisioneros de guerra, y que se les permita mantener correspondencia con sus familiares.
El texto también alienta a los Estados miembros a aumentar la asistencia financiera a los países que la soliciten para apoyar los procesos de exhumación e identificación de personas desaparecidas como consecuencia de los conflictos armados.
Maurer insistió en la necesidad de un “mayor deseo político y de una mayor cooperación” para llevar esto acabo y subrayó que “la cuestión de las personas desaparecidas debe ser, en primer y último lugar, una cuestión humanitaria y no parte de agendas políticas o de procesos de rendición de cuentas”.
“Si las partes en los conflictos cumplen su obligación de buscar a las personas desaparecidas y tratan a los muertos de manera sistemática y con respeto, las personas desaparecidas puedes ser encontradas, los restos pueden ser identificados y se pueden dar respuestas”, concluyó el responsable del CICR.
