El balance de víctimas por un atentado suicida contra un mitin político el pasado domingo en el norte de Pakistán, que fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), ascendió hoy a 63 muertos y unos 120 heridos, informaron a EFE fuentes oficiales.
“El número de muertos ha subido a 63 y unas 120 (personas) siguen bajo tratamiento en diferentes hospitales”, dijo a EFE el portavoz Israr Khan, de la Policía del distrito de Bajaur, donde ocurrió el ataque.
Un atacante suicida se inmoló el pasado domingo cerca del escenario en el que se estaba celebrando un mitin del partido religioso Jamiat Ulema-i-Islam (JUI-F) en este distrito, ubicado en la provincia norteña de Khyber Pakhtunkhwa.
El atentado fue reivindicado el lunes por el Estado Islámico, que según la Policía ya había protagonizado múltiples ataques contra líderes y trabajadores del mismo partido en el pasado.
El reciente incremento de fallecidos responde a que varios heridos por la explosión sucumbieron a sus heridas, aclaró el portavoz, además de que se sumaron nuevos cadáveres de los que no se tenía constancia porque fueron recogidos directamente por sus familias tras el atentado.
Khan detalló que las investigaciones seguían en curso y se estaban recopilando videos y otras pruebas, que llevaron al arretos de tres sospechosos en las 24 horas posteriores al ataque.
El JUI-F está dirigido por el clérigo y político Fazlur Rehman, quien escapó de al menos dos ataques con bomba conocidos en 2011 y 2014 y es un firme partidario del Gobierno talibán afgano.
El Estado Islámico reivindicó el pasado marzo un ataque suicida que dejó diez muertos en el sur de Pakistán, entre ellos nueve oficiales de policía. En enero protagonizó uno de los peores atentados contra las fuerzas de seguridad en este país, que se saldó con un centenar de muertos.
Pakistán experimenta un aumento de la violencia armada desde la llegada al poder de los talibanes afganos en Kabul en agosto de 2021, que reactivó los ataques de sus hermanos ideológicos paquistaníes, especialmente en las provincias fronterizas con Afganistán de Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán.
El país fue testigo de 271 ataques militantes durante la primera mitad del año, en los que 389 personas fallecieron y otras 656 resultaron heridas, según un informe publicado a principios de julio por el Instituto de Estudios de Seguridad y Conflictos de Pakistán.
Un incremento significativo de las cifras en comparación al mismo periodo de 2022, cuando Pakistán sufrió 151 ataques que causaron 293 muertos y 487 heridos.