Los mismos tienen una longitud de entre 0,2 y 5,9 kilómetros y, según el doctor Stephen Livingstone, “tienden a agruparse en el este de Groenlandia, donde el lecho es agreste”.
El medio destaca que aunque estos espejos de agua son más pequeños que los de la Antártida, el descubrimiento es importante debido a que muestra que en Groenlandia son más comunes de lo que se pensaba. Además, ayudan a entender mejor de dónde se produce el agua y cómo se drena bajo la capa de hielo, lo que influye en cómo probablemente responderá la capa de hielo de manera dinámica al aumento de las temperaturas.
“Los investigadores tienen un buen conocimiento de los lagos subglaciales de la Antártida, […] sin embargo, hasta ahora se sabía poco sobre la distribución y el comportamiento de los lagos debajo de la capa de hielo de Groenlandia”, señaló el investigador Jade Bowling.
Stephen Livingstone, por su parte, recalcó que estos estanques “podrían proporcionar objetivos importantes para la exploración directa con el fin de buscar evidencia de vida extrema y para muestrear los sedimentos depositados en el lago que preservan un registro de cambios ambientales”.