Unos 279 reos de cuatro cárceles de Honduras fueron trasladados este miércoles a igual número de prisiones, dos de ellas de alta seguridad, informó el Instituto Nacional Penitenciario (INP).
Un total de 134 reos fueron llevados en camiones del Ejército, inmovilizados de pies y manos, a una cárcel construida en El Porvenir, departamento central de Francisco Morazán, y otros 43 a la prisión de alta seguridad en Morocelí, departamento oriental de El Paraíso, conocida como El Pozo II, indicó el INP.
En el centro penal de El Porvenir, unos 70 kilómetros al noreste de Tegucigalpa, los reos cuentan con talleres de manualidades para que aprendan algún oficio y puedan reintegrarse a la sociedad al quedar en libertad.
Otros 91 internos fueron trasladados a la Penitenciaria Nacional, la principal cárcel del país, a unos 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa, mientras que 11 pandilleros del barrio 18 y Mara Salvatrucha fueron enviados a una prisión construida en Ilama, departamento occidental de Santa Bárbara, conocida como El Pozo I.
En el traslado participaron agentes de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) y de la Fuerza Nacional de Control de Centros Penitenciarios.
De los reos, 157 proceden de la Penitenciaria Nacional, 67 de la cárcel de Ilama y 55 de la de Morocelí, según el Instituto Penitenciario.
El traslado de los reos se registra cuatro días después de que dos pandilleros de la Mara Salvatrucha murieron durante un amotinamiento en la cárcel de Ilama, donde los presos están aislados y no se les permite ningún tipo de visitas, excepto de sus defensas cuando el caso lo amerite, según las autoridades hondureñas.
El Gobierno de Honduras inició en 2017 una transformación del obsoleto sistema penitenciario del país, constituido por una treintena de cárceles en las que en su mayoría los reos viven en hacinamiento.
El sistema penitenciario de Honduras está compuesto por unas treinta cárceles y alberga a 21.288 presos, cuando su capacidad máxima es de 8.000, y menos de la mitad de los reclusos han sido sentenciados, según cifras oficiales.
Según las autoridades hondureñas, el 80 % de los ataques y masacres perpetradas en el país centroamericano son ordenadas por pandilleros que operan desde las cárceles, por eso muchos de ellos han sido trasladados a prisiones de alta seguridad.