La violencia y la inseguridad que vive Haití se dejan sentir, incluso, en la celebración del Día de los Muertos y, este año, la tradicional fiesta vudú del Guédé en el Gran Cementerio de Puerto Príncipe no reunió a las grandes multitudes que esta ceremonia atraía hace años.
“El número de asistentes es menor que en el pasado”, admite Péguy Noel, profesor de Ciencias Sociales, al indicar que el país se encuentra desde hace años en una difícil encrucijada y recordar que antes acudía a esta fiesta tal cantidad de gente que cientos de personas no podían acceder al cementerio y tenían que quedarse fuera.
“Este año la fiesta de Guédé no va bien. Antes se veían muchos más guedés. Hoy solo vemos unos pocos. Mucha gente tiene miedo de salir a la calle”, dice a EFE Hérold en el mayor cementerio de Puerto Príncipe.
Pero, pese a la menor participación de este año, cientos de seguidores del vudú y curiosos se han reunido este primer día de celebraciones en el Gran Cementerio. Son hombres y mujeres de todas las edades que llevan pañuelos negros al cuello o en la cabeza, algunos van vestidos completamente de blanco, y cantan, rezan e imploran a los espíritus, los llamados “loas”.
El Guédé y su gran simbolismo La fiesta Guédé es la mayor celebración de la cultura y la religión vudú en Haití. Es una celebración llena de música, colores, olores, ofrendas florales, trances, oraciones e invocaciones, insultos, danzas, cambios de idioma y ritos.
“El Guédé es toda una vida. Es una tradición. Es una exploración del más allá. Cuando se habla de antepasados que ya han muerto, nos muestra que hay un puente entre la muerte y la vida (…) Podríamos decir que los espíritus regresan para vivir entre los vivos o para participar en la vida de estos”, explica Péguy Noel.
Se trata de una fiesta de gran fuerza que se celebra cada año el 1 y el 2 de noviembre en todos los cementerios de Haití: las mujeres se lavan sus zonas íntimas con ron macerado en guindilla, las personas poseídas entran en trance y el alcohol corre por todos sitios.
El cementerio es un espacio simbólico donde tienen lugar las principales ceremonias místicas de la religión vudú. Los mayores niveles de magia se dan en los cementerios y allí acuden quienes buscan protección, buena suerte o tratamiento.
Y, en el Gran Cementerio de Puerto Príncipe, todo ello tiene lugar en el mismo lugar en el que viven, junto a los muertos, decenas de personas en condiciones inhumanas.
Se encuentran allí tras huir de las bandas que toman como rehenes las zonas de la entrada sur de la ciudad, controladas por miembros de unas pandillas que matan, secuestran y violan con total impunidad.
De hecho, muchos barrios de la capital haitiana se han vaciado y sus antiguos ocupantes se han convertido en desplazados internos o han abandonado Haití.
Una celebración en medio del abandono Los festejos del Guédé en el Gran Cementerio de Puerto Príncipe se celebran en un recinto en mal estado. Da la impresión de que las autoridades que gestionan la zona no han llevado a cabo ningún tipo de mantenimiento, debido a que en los últimos años se ha reducido drásticamente allí el número de entierros a causa de la inseguridad.
Su entrada principal se encuentra en un estado deplorable a consecuencia de las lluvias, en plena temporada de huracanes, que finaliza el 31 de noviembre.
También algunos espacios del interior del cementerio están inundados y, junto al agua, se amontona la basura.
Situado al sur de Puerto Príncipe, el Gran Cementerio sigue siendo patrimonio arquitectónico e histórico y en él están enterrados antiguos presidentes, jefes de Gobierno y ministros del país.