Brasil.- La Justicia electoral brasileña retomó un proceso que podría desalojar del cargo al presidente Michel Temer por supuestas irregularidades en la campaña de 2014 y que determinará tanto la suerte del mandatario como la del propio país.
Por primera vez desde la democratización que siguió a una férrea dictadura que gobernó entre 1964 y 1985, Brasil enfrenta el riesgo de perder a su segundo presidente en menos de un año.
El proceso, suspendido el pasado mes de abril y retomado recientemente, intenta establecer si hubo financiación ilegal y otras irregularidades en la campaña que compartieron Dilma Rousseff y Michel Temer.
La primera de las audiencias fue dedicada a escuchar el alegato de la acusación y el descargo de las defensas, que Rousseff y Temer, ejercen por separado.
La acusación fue contundente y se afirmó que existen incontables elementos y testimonios que, desde su punto de vista, prueban que la campaña de ambos constituyó un innegable abuso de poder económico y político.
El abogado de Dilma Rousseff, Flavio Caetano, sostuvo que los cargos se basan en falsos testimonios y pruebas inválidas, y exigió la nulidad del proceso un punto en el que coincidió la defensa de Temer.
Sin embargo, el abogado de Temer, Gustavo Guedes, al tiempo que garantizó que no hubo irregularidades en la recaudación de campaña hecha por su cliente, sostuvo que hay pruebas de que sí las pudo haber habido en el caso de Rousseff, sobre quien sugirió que podría ser condenada a perder sus derechos políticos por ocho años.
Guedes exigió además que las cuentas de campaña de uno y otro sean juzgadas por separado, ya que así se realizó la recaudación y bajo la convicción de que, en lo relativo a Temer, todo fue hecho dentro de la más estricta legalidad.
El instructor del proceso, Herman Benjamin, uno de los miembros del Tribunal Superior Electoral, no concluyó la lectura de su informe que continuará este miércoles, pero insinuó que existen en los expedientes unos 8.000 documentos que comprometen a Rousseff y Temer.
Tomado de: Infobae