El acto de besar, un gesto profundamente arraigado en las relaciones humanas para expresar cariño, amor o deseo sexual, ha sido celebrado a lo largo de la historia por sus efectos positivos en la salud física y mental. A pesar de estos beneficios, es crucial estar conscientes de que también puede ser una vía para el contagio de diversas enfermedades. La responsabilidad y la precaución son esenciales, especialmente en la elección de utilizar métodos protectores y seguros para el organismo.
A través de información proporcionada por Claudialvega en la red social TikTok y detallada por la prestigiosa Clínica Mayo, se destaca la necesidad de concienciación sobre las enfermedades que pueden transmitirse por un beso. Estas afecciones varían en gravedad y síntomas, resaltando la importancia de la prevención y el conocimiento.
Principales enfermedades
Candidiasis Oral: Esta afección es causada por el hongo Candida Albicans, que habita de manera natural en nuestro organismo. Puede causar problemas de salud en diversas partes
Mononucleosis: Apodada como ‘la enfermedad del beso’, esta infección es provocada por el virus Epstein-Barr. Su ataque principal a los ganglios linfáticos y la garganta provoca síntomas que, aunque relativamente leves (fiebre baja, dolor de garganta, inflamación de los ganglios), pueden persistir hasta un mes. En casos severos, puede ocasionar inflamación del bazo, manifestándose con un crecimiento anormal del mismo.
Herpes Labial: Se trata de una enfermedad claramente asociada a la transmisión por besos y otros tipos de contacto sexual. El herpes labial, generalmente causado por el virus VHS-1, se manifiesta mediante ampollas o lesiones rojizas y dolorosas en el área de los labios. En ocasiones, puede acompañarse de síntomas sistémicos como fiebre, inflamación de ganglios y dolor muscular. Es importante destacar que el VHS-1 y VHS-2, responsable del herpes genital, pueden intercambiarse entre las áreas afectadas por contacto directo, especialmente a través del sexo oral.
Esta información subraya la importancia de estar informados y tomar decisiones responsables respecto a nuestra salud sexual y general. La prevención, mediante el uso de métodos protectores y la toma de decisiones conscientes en nuestras interacciones cercanas, es clave para evitar el contagio de estas y otras enfermedades. Además, la educación continua sobre la transmisión de enfermedades infecciosas contribuye a la construcción de relaciones más sanas y seguras. En un mundo donde los gestos de afecto son una parte fundamental de nuestras vidas, equiparse con el conocimiento adecuado puede servirnos para protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos.