Las temperaturas más cálidas y los cambios en la circulación y salinidad del océano están impulsando la ruptura de las capas de hielo en la Antártida, pero un nuevo estudio sugiere que las tormentas intensas pueden ayudar a que el sistema supere el límite.
Un equipo de investigación liderado por científicos estadounidenses y coreanos analiza la plataforma de hielo Nansen en el mar de Ross de la Antártida desde diciembre de 2015, y pudieron grabar cientos de señales de banda ancha de corta duración que indican la fractura de la plataforma de hielo.
Los “terremotos” tuvieron lugar principalmente entre enero y marzo de 2016, y el frente de la capa de hielo se convirtió en dos icebergs gigantes el 7 de abril, según revela el estudio, publicado en el sitio EurekAlert.
El día en que los icebergs se alejaron de la plataforma coincidió con el sistema de tormentas de baja presión más grande de la región, señalaron los investigadores.
“Parece que mientras los icebergs se habían liberado de la capa de hielo principal, se mantuvieron unidos hasta que la combinación de fuertes vientos y una fuerte tormenta de baja presión se combinaron para liberarlos”, señaló Bob Dziak, un oceanógrafo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y autor principal del estudio.
“El proceso detrás de la separación de las plataformas de hielo de la Antártida no se comprende completamente, y nuestro estudio sugiere que las tormentas desempeñan un papel poco apreciado en su separación”, dijo Dziak.
El próximo mes de enero, Dziak e investigadores de la Universidad Estatal de Oregón y del Instituto de Investigación Polar de Corea, regresarán a la Antártida para desplegar sensores acústicos cerca del glaciar Thwaites, uno de los glaciares más importantes y con mayor riesgo en el planeta.
Este enorme glaciar ha desarrollado una gran cavidad debido al rápido derretimiento del hielo por el cambioclimático. Contuvo un estimado de 14 mil millones de toneladas de hielo y la mayor parte se derritió en los últimos 3 o 4 años.
Dado que se piensa que “frena” a otros glaciares, su colapso podría tener un impacto significativo en el aumento del nivel del mar a nivel mundial, así como en la estructura y el medio ambiente de la Antártida Occidental.
“Esperamos que el despliegue de sensores submarinos adicionales en la Antártida nos brinde advertencias similares si la plataforma de hielo Thwaites se comienza a partir”, indicó Dziak.
Fuente: El Nuevo Día.