Hay rostros que dicen más que cualquier resultado electoral o titular de un periódico. La prueba ha sido la escena presenciada este viernes al mediodía en el corazón de la capital de Reino Unido, Londres. A pesar de que nadie esperaba otro resultado en las elecciones generales celebradas ayer que el del ya expremier Rishi Sunak haciendo las maletas en el número 10 de Downing Street, el más que previsible momento del primer ministro saliente anunciando su renuncia ha contado con alguna escena muy comentada.
El líder de los tories -hasta que haya un sustituto- quien adelantó las elecciones que podía haber estirado hasta noviembre tratando de aferrarse a algunos indicadores económicos positivos como una leve bajada de la inflación, no fue el gran protagonista de un momento que buena parte del país daba por hecho desde que hace un año las encuestas colocasen a los laboristas con 20 puntos de ventaja.
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Era prácticamente imposible no desviar la atención y la mirada de Sunak durante su discurso de despedida, a tan solo unos metros detrás de él. No, no se trataba del icónico gato Larry -mascota que lleva residiendo en el número 10 desde hace 16 años, antes incluso que el conservador David Cameron que inició esta etapa de 14 años de gobiernos británicos de derecha-, quien por cierto no dudó en rondar el portal para despedir a Sunak.
La protagonista accidental fue la mismísima esposa de Rishi Sunak, Akshata Murthy, quien portó un vestido con los colores nacionales y se preparó para evitar la que fue la gran anécdota de otro discurso de Sunak, cuando anunció el adelanto electoral y al poco de ponerse ante el atril comenzó a caer una intensa lluvia. Murthy portaba un paraguas, pero no fue eso lo que llamó la atención.
A pesar de que ambos salieron de la residencia del primer ministro entre sonrisas, la de ella se apagó en cuanto se puso en el puesto protocolario mientras Sunak pedía -numerosas- disculpas. Su cara rápidamente se tornó en un gesto de seriedad. Completamente estática y firme, aguardó estoica a que finalizase su intervención para tomarle de la mano y poner rumbo a la siguiente parada. El despacho con el rey Carlos III para informarle oficialmente de su renuncia.
Cabe recordar que ambos conforman uno de los matrimonios con mayor capital de todo Reino Unido. Concretamente, de unos 730 millones de libras (865 millones de euros), si bien el grueso de este dinero procede de ella, de su familia. Murphy ingresa anualmente cerca de diez millones de euros que procede del imperio tecnológico que cofundó su padre, el gigante Infosy.