La Cámara de los Diputados de Haití inició este miércoles un debate para decidir si abre un inédito juicio político con miras a la destitución del presidente, Jovenel Moise, por sospechas de corrupción relacionadas con el programa de ayuda venezolano Petrocaribe.
Después de cinco horas de ásperos debates e insultos cruzados entre los diputados del Gobierno y de la oposición, la sesión fue suspendida por el presidente de la Cámara baja, Gary Bodeau, debido a unos altercados protagonizados por diputados opositores.
Varios congresistas bloquearon el acceso a la tribuna de oradores a los legisladores oficialistas durante unos minutos para protestar porque Bodeau no les había entregado unos documentos necesarios para la sesión, con la que la oposición pretende impulsar un proceso de destitución contra el jefe de Estado, que sería inédito en la historia del país.
“Por problemas entre los colegas diputados, que no respetan los reglamentos internos del Parlamento, esta sesión se continuará”, dijo Bodeau al suspender los debates, sin indicar la fecha prevista en la que se retomarán.La tensión se reprodujo en los alrededores de la sede legislativa, donde varios agentes de seguridad y otros funcionarios del Parlamento atacaron al menos tres vehículos de los diputados.
Los agentes de seguridad, que se quejaban por no haber recibido sus salarios, rompieron las lunas de los vehículos y prendieron fuego a los neumáticos.
Durante los debates, el diputado opositor Sinal Bertran dijo que la sesión de este miércoles es “un momento histórico” para Haití.
“Es muy importante que el país tome nota de lo que va a pasar aquí. Después de casi tres años el presidente muestra que no tiene capacidad de liderar al país. Todo está en rojo y él está acusado de corrupción por el Tribunal Superior de Cuentas, que es una entidad del Estado”, dijo Bertran.
Los diputados oficialistas cuestionaron la legalidad de la moción contra Moise, que ha sido impulsada por un grupo de 21 diputados opositores.
“Esta sesión no tiene base legal para acusar al presidente”, dijo el diputado oficialista Alfredo Antoine, cuyo grupo es mayoritario en la Cámara.
La moción de la oposición, presentada el pasado junio, pide que la Cámara baja acuse a Moise de cometer un delito de “alta traición” por su supuesta implicación en el caso Petrocaribe.
Si Moise fuera acusado de alta traición, se desencadenaría un juicio político en el Senado que podría llevar a la destitución del mandatario, que está en el poder desde 2017.
Para iniciar un juicio político es preciso que voten a favor dos tercios de la Cámara Baja, por lo menos 80 de los 111 diputados que la componen, algo de momento poco probable porque el oficialismo tiene mayoría.
Moise es acusado por la oposición de beneficiarse, a través de su empresa Agitrans, de fondos irregulares procedentes del programa Petrocaribe, por el que Venezuela envía petróleo a varios países del Caribe en condiciones ventajosas.
En los últimos meses se han producido numerosas protestas para exigir que Moise abandone el poder debido a estas sospechas de corrupción, que han sido investigadas por el Tribunal Superior de Cuentas.
La prensa ha filtrado parte del informe que remitió el Tribunal de Cuentas al Parlamento el pasado 31 de mayo, en el que, según esas versiones, se constata que Agritrans recibió millones de dólares procedentes del programa Petrocaribe para la ejecución de varios proyectos que nunca se llevaron a cabo.
El informe del órgano de contraloría calificó de “grave” la manera en que varios Gobiernos han gastado más de 2.000 millones de dólares de los fondos de Petrocaribe entre 2008 y 2016, la mitad de los recursos generados por el programa durante ese período.
En medio de un clima turbulento por estas acusaciones, Moise no ha logrado formar un Gobierno estable desde que el Parlamento cesó al primer ministro Jean Henry Ceant el pasado marzo.
