Por Raúl Germán Bautista.- Una de las tantas madres afectadas por la “neurocientífica” Elizabeth Silverio Silien, acusada por el Ministerio Público de usurpar funciones en el área de la salud, a través del Centro de Terapias Neurocognitivas y Psicopedagógicas Knowledge Land (Kogland), espera que se haga justicia y ella sea condenada.
“Que quede claro para la sociedad que la señora no está preparada para trabajar con niños especiales ni con niños sin condición. Ya está demostrado que ella no está preparada; no tiene una carrera, no tienen una licencia, no tienen un exequátur. Entonces, como no está correctamente regulada, es obvio que no puede trabajar con niños. Entonces, yo espero que se demuestre que ella es culpable de los cargos que se le imputan. La que decidan los jueces, ya que yo no tengo ningún deseo propio de que le pase algo, sino que son las consecuencias de sus actos”, indicó.
Ella reveló que estuvo llevando a su hijo al centro durante un año completo, hasta que supo, por una investigación de N Digital de su ilegalidad.
Te puede interesar: Félix Portes dice Silverio debe ser evaluada: “Una persona no puede mentir de manera descarada”
“Mi hijo estuvo ahí hasta ese día”, concluyó.
El Ministerio Público solicitó 10 años de prisión en su contra por violación a los artículos 147, 148 y 405 del Código Penal Dominicano. Así como, a los artículos 92, 93 y 157, numeral 7, de la Ley 42-01, además del artículo 62 de la Ley 66-97, Ley General de Educación. También de los artículos 13 y 396 de la Ley 136-03 sobre la Protección de los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes.
Tercer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional es que conoce este caso.
La acusación establece, además, que Elizabeth Silverio Silien engañó y estafó a los padres, haciéndoles creer que era profesional de la salud, mediante el uso de documentos falsos, con los que ofrecía atenciones psicoterapéuticas, consultaba, evaluaba, medicaba y entregaba informes con recomendaciones para aplicar psicoterapias, rubricando y sellando con un sello gomígrafo que contenía un exequátur falso e inexistente.
Dicho accionar provocó un grave daño emocional, psicológico y psíquico en perjuicio de los menores de edad, especialmente aquellos con Síndrome del Espectro Autista.
Ver esta publicación en Instagram