En 2024, la arqueología se sigue transformando gracias al uso de nuevas tecnologías que permiten descubrir secretos ocultos de civilizaciones pasadas. Desde el uso de LIDAR para descubrir ciudades bajo densas selvas, hasta la aplicación de inteligencia artificial para leer pergaminos quemados hace más de dos mil años, los avances de este año nos permiten conocer más que nunca sobre nuestra historia.
1. Egipto: tumbas, amuletos y nuevas revelaciones sobre el antiguo Nilo
El Egipto Antiguo sigue siendo una fuente constante de fascinación para los arqueólogos. En 2024, se han realizado importantes hallazgos en varias regiones del país, que ofrecen una visión más profunda de las prácticas funerarias y la vida cotidiana en el antiguo Egipto.
Además, los investigadores han encontrado evidencias sobre la postura dañina de los escribas egipcios durante su trabajo, lo que podría arrojar más luz sobre las condiciones laborales de este oficio tan crucial para la administración del Antiguo Egipto. También se ha descubierto un brazo perdido del Nilo, que, en tiempos antiguos, era utilizado para transportar piedras para la construcción de las pirámides de Giza. Este hallazgo no solo abre nuevas líneas de investigación sobre la logística en la construcción de estas majestuosas estructuras, sino que también reafirma la importancia del Nilo en la organización de la sociedad egipcia.
2. Petra: los secretos de los nabateos
En Petra, Jordania la antigua ciudad nabatea en el desierto de Jordania, se produjo uno de los descubrimientos más notables de 2024. Bajo el icónico Tesoro de Petra, conocido también como Al-Khazneh, los arqueólogos encontraron 12 esqueletos en una tumba, lo que ofrece una visión única sobre la vida y las costumbres de los nabateos, un pueblo árabe temprano. Petra, famosa por sus impresionantes edificaciones talladas en la roca, fue en su época la capital de este pueblo y un crisol de culturas debido a su ubicación estratégica en la Ruta de las Especias.
Los nabateos fueron conocidos por su habilidad en la ingeniería hidráulica, y sus tumbas, muchas de las cuales se encuentran en lugares de difícil acceso, ofrecen un testimonio tangible de su riqueza y su compleja sociedad. El hallazgo de esta tumba bajo el Tesoro de Petra es inestimable, ya que se espera que brinde nuevos conocimientos sobre las prácticas funerarias y el modo de vida de este antiguo pueblo.
3. Inteligencia artificial: descifrando pergaminos quemados por el Vesubio
La inteligencia artificial (IA) ha demostrado ser una herramienta invaluable para la arqueología moderna, y 2024 no fue la excepción. En un hito científico, los investigadores utilizaron IA para leer partes de un pergamino quemado por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., la misma que destruyó Pompeya. Estos pergaminos, encontrados en la antigua ciudad de Herculano, habían estado casi completamente carbonizados, lo que los hacía ilegibles con técnicas tradicionales.
Sin embargo, con el uso de rayos X y la inteligencia artificial, los investigadores pudieron descifrar un fragmento del pergamino que contenía 15 columnas de texto. El contenido parece estar relacionado con los pensamientos del filósofo griego Epicuro, específicamente sobre cómo disfrutar de la vida, lo que abre nuevas posibilidades para estudiar la influencia de las filosofías griegas en el Imperio Romano.
Este avance subraya el potencial de la IA para desbloquear textos antiguos que de otra forma podrían permanecer fuera de nuestro alcance. A medida que se perfeccionen estas técnicas, es probable que se logren descifrar otros manuscritos y pergaminos antiguos que aún nos son desconocidos.
4. La silla de montar más antigua en China
Otro hallazgo importante en 2024 fue el descubrimiento de la silla de montar más antigua jamás encontrada, que data de hace 2.700 años. Este artefacto fue desenterrado en el cementerio de Yanghai, cerca del desierto de Taklamakán, en el noroeste de China. Aunque los caballos fueron domesticados mucho antes, la silla de montar representa un avance tecnológico crucial en la historia de la equitación.
Hecha de cuero cosido y rellena de paja y pelo de animal, esta montura es un testimonio de las prácticas de los pueblos nómadas de Asia Central, y su conservación se debe en gran parte al ambiente extremadamente seco del desierto, que preservó los materiales orgánicos. Este descubrimiento ayuda a entender cómo las antiguas civilizaciones adaptaron nuevas tecnologías para facilitar el transporte y la guerra.
5. La máscara de Jade y los hallazgos en tumbas mayas
En el 2024, se continuaron desvelando importantes secretos sobre la civilización maya, con varios hallazgos significativos en tumbas que ofrecen nuevas perspectivas sobre sus rituales y creencias. Uno de los descubrimientos más destacados fue el hallazgo de una máscara de jade en una tumba en la región sur de México. Se cree que esta máscara, finamente elaborada, pertenecía a una figura de alta jerarquía, probablemente un líder o sacerdote, y estaba destinada a acompañarlo en su viaje al más allá. El jade, considerado un material sagrado por los mayas, simbolizaba la inmortalidad y el renacimiento, características esenciales en sus creencias religiosas.
Este hallazgo forma parte de un conjunto más amplio de descubrimientos en las tumbas mayas, que incluyen joyas de jade, cerámica y otros objetos rituales. Las tumbas desenterradas han revelado detalles clave sobre los rituales funerarios mayas, que involucraban ofrendas y sacrificios, con la intención de asegurar una transición exitosa al mundo espiritual. Los arqueólogos han encontrado también restos de serpientes de jade, que simbolizan la conexión entre el mundo terrenal y el inframundo, además de máscaras de piedra que reflejan el alto grado de sofisticación en las prácticas funerarias de los mayas.
6. Nuevas revelaciones sobre Stonehenge
Un descubrimiento reciente en Stonehenge, el monumento neolítico ubicado en el suroeste de Inglaterra, ha arrojado nueva luz sobre su construcción. Investigadores de 2024 encontraron que la piedra del altar de Stonehenge, ubicada cerca del centro del monumento, proviene de Escocia, a más de 300 kilómetros de distancia. Esta revelación muestra que los constructores de Stonehenge transportaron esta enorme piedra de más de seis toneladas en una época en la que aún no se usaban ruedas.
Este hallazgo sigue ampliando el conocimiento sobre la construcción de Stonehenge, que se considera uno de los sitios más enigmáticos de la prehistoria europea. Los estudios anteriores ya habían demostrado que las gigantescas piedras sarsen del círculo principal de Stonehenge se trajeron de una cantera local, pero las piedras azules, que forman el círculo interior, llegaron de Gales, a más de 160 kilómetros de distancia. Estos descubrimientos continúan generando preguntas sobre el propósito y las técnicas de construcción del monumento, considerado como un importante centro religioso en la Edad del Bronce.
7. LIDAR: revelando ciudades ocultas bajo la vegetación
La tecnología LIDAR (Light Detection and Ranging) ha permitido desvelar grandes secretos en diversas partes del mundo. Este sistema, que utiliza pulsos láser para mapear el terreno, ha revolucionado la arqueología al poder penetrar la densa vegetación y el terreno difícil, revelando estructuras que antes eran invisibles para los arqueólogos. En 2024, LIDAR continuó demostrando su enorme potencial.
Uno de los descubrimientos más impactantes fue el hallazgo de asentamientos mayas en la región de Campeche, en el sur de México. Gracias a esta tecnología, los arqueólogos pudieron identificar antiguos sistemas de caminos y canales que revelan cómo los mayas gestionaban su entorno de manera avanzada. Además, en el Ecuador, en la selva amazónica, se descubrió un paisaje compuesto de jardines, caminos y ríos, lo que sugiere una civilización más compleja de lo que se pensaba.
Por otro lado, la isla de Tonga en el Pacífico también fue escenario de hallazgos sorprendentes, con ruinas que podrían cambiar nuestra comprensión sobre las primeras civilizaciones de la región. Y en Uzbekistán, a lo largo de la antigua Ruta de la Seda, se descubrieron los restos de dos ciudades medievales que estuvieron en contacto con diversas culturas de Asia Central.
Este tipo de descubrimientos subraya el impacto que tiene el LIDAR en la arqueología moderna, permitiendo explorar áreas extensas y obtener mapas precisos de estructuras subterráneas sin necesidad de excavaciones invasivas.