Por Alberto Quezada /
En menos de dos semanas en las calles haitianas se ha vuelto a recrudecer la violencia, la sangre y el terror dejando a su paso un saldo de alrededor de 200 muertes las cuales incluyen niños, jóvenes y adultos mayores de 60 años.
Esta escalofriante cifra de asesinatos producidos en la nación caribeña en el referido periodo viene a incrementar el monto que hasta mes de noviembre había presentado la Organización de la Naciones Unidas (ONU) que informaba que hasta la referida fecha el saldo era de 5 mil y más de 700.000 desplazados.
El más reciente acontecimiento de sangre registrado en las calles haitianas es el perpetrado por una banda de pandillero armada que dieron muerte al menos a una veintena de personas hace apenas unas 72 horas.
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Ese hecho sangriento incluyó como víctimas a niños los cuales murieron durante la noche del martes y miércoles en la región de Artibonite, en el centro de Haití, en un ataque de la banda armada Gran Griff, según informaron agencias de noticias internacionales.
El segundo hecho de sangre que estremeció a la opinión pública internacional lo fue la matanza de casi 200 personas, en su mayoría ancianos, ocurrida el pasado fin de semana en el centro de Puerto Príncipe a manos de la banda liderada por Micanor Altes, alias Wa Mikano (“Rey Mikano”).
La masacre producida en Puerto Príncipe, Haití, la cual dejó cerca de 200 personas asesinadas, se perpetró en contra de adultos mayores que fueron acusados por el jefe de una pandilla de practicar “brujería”.
Las atrocidades fueron ordenadas directamente por el líder de una de las bandas locales en venganza por supuestamente practicar rituales contra su hijo, según reportes de noticiosos de agencias internacionales y medios locales.
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La escalada de violencia, terror y sangre en la nación más pobre América persiste pese a la presencia de una fuerza policial respaldada por la ONU, conocida como Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, integrada principalmente por agentes de Kenia.
Situación de Haití
“Los cerca de cuatro millones de habitantes de Puerto Príncipe son prácticamente rehenes de las bandas que controlan las principales carreteras de entrada y salida de la capital”, ha asegurado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Según la ONU las consecuencias humanitarias son graves, especialmente para las mujeres y los niños, ya que las bandas armadas están utilizando formas de violencia extrema, incluida la sexual, como arma para someter a la población.
Se informa además, que la situación se ha agudizado tanto que las bandas armadas han avanzado territorialmente en zonas estratégicas y, según algunas estimaciones, controlan ya el 85% de la capital, y de que los haitianos recurren cada vez más a grupos de vigilancia, establecen controles de carretera y se toman la justicia por su mano.
Un proceso lento
Mientras tanto, en el Consejo de Seguridad adjunto de la ONU para Europa, Asia Central y las Américas mostró preocupación por “la lentitud con la que avanza la hoja de ruta de Haití para restaurar las instituciones democráticas”.
El organismo internacional añadió que para garantizar el mantenimiento de los avances en materia de seguridad, hay que hacer más para contrarrestar el flujo ilícito de drogas, armas y municiones, así como combatir la corrupción que incuba la economía ilegal y el patrocinio de las bandas armadas por parte de las élites corruptas del sector político y privado.
