Especialistas rusos revelaron hoy en el Museo del Mamut, ubicado en la región de Yakutia, el descubrimiento de una cría de mamut de unos 50.000 años de antigüedad, en un excelente estado de conservación.
La pequeña, a la que se le ha puesto el nombre de Yana, se considera uno de los ejemplares mejor preservados encontrados hasta la fecha, según indicó Maxim Cheprásov, jefe de investigaciones del museo de la Universidad Federal de Yakutia, durante la presentación del hallazgo que se transmitió a través de la red social VKontakte.
Cheprásov explicó que hasta ahora se han encontrado seis mamuts bien conservados, cinco de ellos en Rusia y uno en Canadá. Recordó que el último mamut hallado en Rusia fue el bebé Yuka, en 2010, y destacó que en junio de este año, en Batagáika, se descubrió otra cría con un nivel de conservación impresionante.
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El cráter de Batagáika, ubicado en Siberia Oriental, es el mayor cráter de permafrost del mundo, cuya expansión continúa a causa del calentamiento global. Este cráter se extiende por más de un kilómetro y tiene una profundidad de hasta 100 metros.
La cría Yana, que tiene aproximadamente 1,2 metros de altura y pesa alrededor de 180 kilogramos, fue encontrada por habitantes de la localidad de Batagai. Aunque aún no se ha determinado su edad exacta, los expertos suponen que tenía alrededor de un año o un poco más.
Cheprásov comentó que las crías de mamut crecían más rápido que las crías de otros animales como caballos, bisontes y lobos actuales, debido a las duras condiciones climáticas de la época, que exigían un rápido desarrollo antes de la llegada de los fríos inviernos.
El cuerpo de Yana emergió parcialmente de la pared del cráter, a unos 40 metros de profundidad, y debido a la presión de la tierra, se partió en dos. Una parte, que incluía la pelvis y las extremidades posteriores, quedó atrapada en el permafrost y fue recuperada por los especialistas.
El rector de la Universidad Federal de Yakutia, Anatoli Nikoláev, resaltó que un hallazgo como este es una verdadera casualidad y un golpe de suerte, ya que, si hubiera ocurrido días o semanas después, la conservación del espécimen no habría sido tan perfecta.
Este descubrimiento se considera un evento único, no solo para la universidad, sino también para la ciencia rusa y mundial.
EFE
Por: Itzel Olivo