Una nueva masacre empaña la historia de Segovia, Antioquia, uno de los municipios del interior del país más golpeados por el conflicto armado. Un homicidio múltiple dejó saldo de cuatro muertos, tres de nacionalidad venezolana y un menor de edad, en hechos que las autoridades todavía tratan de esclarecer pero que apuntan a la banda criminal más grande del país, el Clan del Golfo.
Los hechos ocurrieron la noche del sábado 24 de agosto y según las primeras versiones preliminares hombres armados habrían entrado en una vivienda donde se encontraban las víctimas, disparando indiscriminadamente hasta ocasionar sus muertes.
“Gracias a las investigaciones que viene adelantando la Policía, nos permite tener una hipótesis de que quienes cometieron este hecho fueron integrantes del Clan del Golfo”, señaló el general Oscar Antonio Gómez Heredia, comandante de la Policía Región 6. Por su parte el comandante de Policía de Antioquia, coronel Giovanny Buitrago, quien se desplazó a Segovia para dirigir allí un Consejo de Seguridad afirmó que “No permitiremos que la criminalidad afecte la convivencia ciudadana”.
Las autoridades han tasado una recompensa de 10 millones de pesos (USD 2.920) para quien brinde información que facilite la captura de los responsables de esta masacre, que fue viralizada gracias a las imágenes tomadas por las personas que llegaron al lugar de las muertes tras el tiroteo.
Antecedentes en la región
Este no es el primer hecho violento que se presenta en el municipio de Segovia este año. Hace tan solo dos meses, el 5 de junio, fue asesinado su comandante de Policía, teniente Andrés Gilberto Osorio, quien fue impactado por un disparo en el pecho en medio de una acción conjunta de la Policía y Ejército. Este mes, el 13 de agosto, también hubo otra masacre, esta vez en Remedios, un municipio vecino, que dejó un saldo de cuatro muertos.
Segovia protagonizó un capítulo especialmente violento del conflicto colombiano. El 11 de noviembre de 1988 los paramilitares del grupo Muerte a Revolucionarios del Noreste, una célula de lo que serían las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que era liderada por Fidel Castaño, el hermano de Carlos Castaño -máximo líder del paramilitarismo- llegaron al pueblo para enjuiciar a los militantes de la Unión Patriótica (UP), partido político de izquierda y con orientación socialista que servía como un brazo político de la guerrilla de las FARC, y que en las elecciones de ese año habían ganado curules en el Congreso colombiano.
En el ataque paramilitar murieron 43 personas, en medio de una matanza indiscriminada por parte de los hombres de Castaño quienes con lista en mano recorrieron el pueblo asesinando no solo a las personas que ahí aparecían sido a cualquier transeúnte desprevenido que se cruzaba en su camino.
Los hechos del sábado revivieron en el pueblo esa memoria oscura, en especial porque los principales señalados son hombres del Clan del Golfo, grupo armado que se formó después de la desmovilización de las AUC producto de una reorganización de varios mandos medios de esa organización.