
El uso de drones explosivos contra bandas en Haití deja 20 muertos y genera debate sobre seguridad y derechos humanos.
El uso de drones con explosivos en Haití ha abierto un nuevo capítulo en la lucha contra las bandas armadas, dejando un saldo de 20 muertos y más de 30 heridos en lo que va del mes, según reportes de la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH).
El director ejecutivo de la RNDDH, Pierre Espérance, detalló que los ataques ocurrieron el 1 y 2 de marzo de 2025 en zonas estratégicas como Delmas 6, Village de Dieu, Wharf Jérémie y Bel-Air, bastiones de grupos criminales. Uno de los principales afectados fue el líder del grupo “Vivir Juntos”, Jimmy Chérizier, alias Barbecue, quien salió ileso de uno de los atentados, aunque varios de sus aliados fueron abatidos.
El propio Chérizier denunció públicamente el uso de estos artefactos tras difundirse un video en el que expresa su preocupación por esta nueva táctica.
¿Quién está detrás de los operativos con drones?
Aunque la Policía Nacional de Haití no ha confirmado el uso oficial de drones con trampas explosivas, reconoció haber llevado a cabo operativos en Delmas 6 el pasado 1 de marzo. Sin embargo, informes señalan que estas acciones han sido dirigidas por una nueva unidad especial creada por la Oficina del Primer Ministro y el Palacio Nacional, bajo el mando de Vladimir Paraison, jefe de la seguridad presidencial.
El uso de drones ha generado opiniones divididas. Mientras algunos sectores consideran que esta estrategia representa un golpe contundente contra las bandas, otros advierten sobre posibles abusos de poder y riesgos colaterales.
Pierre Espérance aplaudió la iniciativa, asegurando que desde el 1 de marzo el miedo se ha instalado entre los grupos criminales. Sin embargo, advirtió que este tipo de operativos deben estar exclusivamente bajo el control de la policía y no ser utilizados con fines políticos.
El uso de tecnología militar en la lucha contra la criminalidad plantea interrogantes sobre su legalidad, impacto en los derechos humanos y la seguridad a largo plazo. Aunque ha demostrado ser un método efectivo para desarticular grupos armados, su implementación sin regulación podría escalar la violencia y aumentar la incertidumbre en la población.
El debate sobre la legitimidad y eficacia de estos ataques con drones sigue abierto en Haití, donde la crisis de seguridad continúa siendo un desafío sin resolver.