
El gobierno del Reino Unido calificó como “decepcionantes” los aranceles impuestos por Donald Trump a las importaciones de acero y aluminio, pero decidió no tomar medidas de represalia por el momento.
El secretario de Negocios y Comercio, Jonathan Reynolds, no descartó que en el futuro se apliquen aranceles a productos de Estados Unidos y aseguró que continuarán negociando con Washington para defender los intereses comerciales británicos.
“Mantendremos todas las opciones sobre la mesa y no dudaremos en responder si es necesario”, afirmó Reynolds.
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Por su parte, el ministro de Hacienda, James Murray, insistió en que el Reino Unido se reserva el derecho a responder, pero evitó adelantar posibles medidas.
Mientras la Unión Europea reaccionó imponiendo impuestos a productos estadounidenses como el bourbon, la manteca de maní y los jeans, el gobierno británico optó por una postura más cautelosa.
El primer ministro Keir Starmer, de tendencia centroizquierdista, ha trabajado para fortalecer la relación con Trump, buscando evitar más sanciones comerciales. En junio, ambos líderes se reunieron en la Casa Blanca y reafirmaron su intención de concretar un acuerdo comercial que ha estado estancado por años.
Reynolds destacó que el Reino Unido sigue enfocado en una estrategia pragmática y busca cerrar un acuerdo económico con Estados Unidos para eliminar impuestos adicionales que afectan a las empresas británicas.
Estos aranceles representan un nuevo golpe para la industria del acero británico, que ha perdido peso desde su auge en los años 70 y ahora apenas aporta el 0,1% del PIB. La crisis es especialmente grave en Port Talbot, Gales, donde miles de empleos están en riesgo mientras Tata Steel intenta modernizar su planta.
Según el grupo comercial UK Steel, en 2024, Reino Unido exportó 180.000 toneladas métricas de acero a Estados Unidos, lo que representa el 7% del total de exportaciones británicas en volumen y el 9% en valor. La industria del aluminio también se verá afectada, ya que el mercado estadounidense representa el 10% de sus ventas al exterior.
Por ahora, Reino Unido busca negociar antes de tomar represalias, pero deja abierta la posibilidad de responder si la situación no mejora.
AP
Por: Itzel Olivo