Berlín, EFE.- Antes de la caída del muro de Berlín la línea E del metro recorría el este de la ciudad desde Alexanderplatz, el centro de la vida de los berlineses orientales, hasta el zoológico y sus estaciones explican, ahora con una exposición, su importancia en el imaginario colectivo cuando se celebra el aniversario de un evento histórico que cambió el curso de su historia.
La exhibición “Freiheitslinie U5” (línea de la libertad U5) cambia el nombre a esta línea, que tras la reunificación pasó a denominarse U5, por uno más evocador que su promotor, Tom Sello, el encargado del estudio crítico de la dictadura del SED (siglas del Partido Socialista Unificado del régimen germanooriental), incluso propone se mantenga permanentemente.
La “línea de la libertad” reúne en estas estaciones fotografías e información sobre hechos históricos relevantes que ocurrieron en esos mismos lugares antes, durante y después de la caída del muro de Berlín, una exposición que además forma parte de los actos culturales que conmemoran un evento cuyo 30 aniversario se cumple este sábado.
Comienza en Alexanderplatz, donde el 7 de octubre de 1989 tuvo lugar la mayor manifestación que Berlín del Este había vivido desde 1953, coincidiendo con el aniversario de la fundación de la República Democrática Alemana? (RDA). Varios cientos de miles de personas llegaron a agruparse en esta plaza a principios de noviembre de ese mismo año, demostrando el malestar de la población tan sólo unos días antes de la caída del muro.
Estas protestas cruzaron la avenida de Karl-Marx, ideada como la “primera calle socialista de Berlín” por el gobierno de la RDA, y lugar por el que discurrían desfiles militares que organizaba el régimen.
En la parada de Schilling Strasse, las fotografías de este octubre de 1989 muestran la disparidad de sensaciones que provocó la jornada: en los balcones ondean las pancartas celebrando el 40 aniversario de la RDA, mientras que en las calles los manifestantes piden “Freiheit”, libertad.
La exposición no se centra únicamente en los eventos del siglo XX, aunque estos tengan más relevancia dado el contexto en el que se ha creado la muestra. En la parada de Strausberger Platz, también en la avenida de Karl-Marx, los paneles recuerdan la revolución de marzo de 1848, cuando los manifestantes berlineses levantaron barricadas para frenar al ejército prusiano durante las revueltas populares.
Este espíritu de rebelión contra la autoridad está presente también durante los años de división de la ciudad. En la década de los años 80, una iglesia en Samariter Strasse se convirtió en el centro desde el que un grupo de jóvenes organizados por el pastor evangélico Rainer Eppelmann organizaban conciertos de música alternativa y charlas que no eran bien vistas por el Gobierno.
Finalmente, la última parada de este recorrido por la “línea de la libertad” está directamente relacionada con su falta. En Magdalenenstrasse se encontraba la sede del Ministerio para la Seguridad del Estado, conocido como la Stasi.
En este edificio se guardaban los documentos con la información que los servicios secretos de la RDA habían recopilado. Cuando se supo que estos archivos estaban siendo destruidos por el propio Gobierno, el 15 de enero de 1990, miles de manifestantes ocuparon las oficinas de la Stasi para preservarlos, logrando que hoy en día sea posible consultarlos.
Estas calles y plazas no son los únicos escenarios de momentos históricos para la ciudad, y por lo tanto no son los únicos que aparecen en esta exposición. Frente al actual ayuntamiento de Berlín, el mismo edificio antaño utilizado para la sede del gobierno local del Este, se han colocado unos paneles informativos que reúnen todas las fotografías y toda la información que se encuentran también en las estaciones, tanto en alemán como en inglés.
Es aquí donde se cuenta la historia de lugares tan emblemáticos como el Reichstag, el Parlamento alemán donde en 1990 se reunieron los Gobiernos de la Alemania Occidental y Oriental para crear la primera legislatura conjunta desde el fin de la Segunda Guerra Mundial; la Puerta de Brandeburgo, símbolo del Berlín occidental que desde la caída del muro es el mayor reclamo turístico de la ciudad; o el Schlosspalast, antigua residencia real demolida en 1950 por la RDA, que edificó en su lugar el Palacio de la República.
Estos tres sitios históricos están incluidos en la exhibición “Freiheitslinie U5”, además de por su importancia, porque próximamente formarán parte de esta línea U5 de metro, la “línea de la libertad”, en plenas obras de prolongación que ahora sí permitirá a los viajeros hacer un viaje por la historia de la ciudad sin moverse de su vagón.