El Gobierno haitiano aumentó el salario mínimo en cerca de un 20 por ciento, según un decreto emitido el 31 de octubre por el Ejecutivo, aunque la medida no compensa la depreciación que ha sufrido el gourde, la moneda local, con respecto al dólar a lo largo del último año.
El documento, publicado en el periódico oficial de la República “Le Moniteur”, fija en 500 gourdes el salario mínimo, lo que supone 5,13 dólares al cambio actual, frente a los 480 gourdes establecido en octubre de 2018, que al cambio de ese momento eran 6,06 dólares.
El anuncio de incremento salarial se produce en un contexto de crisis económica y política que mantiene paralizado al país, el más pobre de América Latina, por las protestas cotidianas que se desarrollan en la capital y otras ciudades desde hace semanas para exigir la renuncia del presidente del país, Jovenel Moise.
Las manifestaciones comenzaron por la escasez de combustible en un país asolado por la corrupción, las desigualdades sociales, la inflación y la devaluación de la moneda nacional, pero han continuado aunque el carburante ha vuelto a las gasolineras.
La coyuntura ha llevado a la suspensión o incluso el cierre de varias empresas, incluidos hoteles como el Best Western Premier de la capital, o el Mont-Joli, establecido en Cap-Haitien (norte, segunda ciudad del país).
Estos y otros establecimientos denuncian las consecuencias de las violentas protestas que se desarrollan casi a diario, ya que los huéspedes extranjeros han dejado de ingresar en el país.
La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció el 1 de noviembre que al menos 42 personas han fallecido, 19 de ellas a manos de las fuerzas de seguridad, en las movilizaciones que se vienen sucediendo en Haití desde mediados de septiembre.