Puerto Príncipe, (EFE).- Haití cerró la semana en relativa calma después de las violentas protestas de los últimos días en reclamo de la dimisión del presidente Jovenel Moise, en las que al menos nueve personas han muerto y decenas han resultado heridas, pero la tensión y la incertidumbre se mantienen.
Este fin de semana se ha vivido una especie de tregua, que permitió a los haitianos salir a comprar agua y comida, después de nueve días de paralización y protestas, que se iniciaron el pasado día 7 coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada al poder de Jovenel Moise, y con el 33 aniversario de la caída del régimen dictatorial de Jean-Claude Duvalier.
El Gobierno llamó hoy a la ciudadanía a incorporarse a las actividades este lunes e instó a las instituciones a cargo de la seguridad pública y nacional, en particular a la Policía Nacional, proteger vidas y bienes “para acompañar este retorno a la vida normal”.
Pero varios sectores opositores han anunciado nuevas protestas para esta semana.
La capital del país, Puerto Príncipe, estuvo este domingo en relativa calma y se observó un mayor número de comercios abiertos, que en los últimos días permanecieron cerrados por temor a los saqueos, y paulatinamente el transporte público ofrece el servicio, que estuvo paralizado durante todos estos días.
La noche del sábado el primer ministro de Haití, Jean Henry Céant, anunció en un discurso a la nación una serie de medidas para tratar de paliar la crisis económica y luchar contra la corrupción en un intento por bajar la tensión política de los últimos días.
Entre las medidas anunciadas por Céant figuran la reducción de los precios de los alimentos, la discusión con el sector privado de un posible aumento del salario mínimo, así como la reducción de un 30 % del presupuesto de su oficina, que espera que sea replicado por la Presidencia y el Parlamento.
En su mensaje, y tras reconocer que la corrupción es uno de los mayores problemas que enfrenta el país, el primer ministro prometió que se determinará el destino de los fondos de Petrocaribe y se ampliará la investigación sobre este caso, otro de los reclamos de los manifestantes.
“Necesitamos dar ejemplo con las personas que robaron el dinero de Petrocaribe”, subrayó.
Una auditoría presentada a comienzos de febrero por el Tribunal de Cuentas reveló irregularidades entre 2008 y 2016 en este programa y señaló a quince exministros y actuales funcionarios como involucrados en el asunto, así como a una empresa que dirigía Moise antes de llegar a la presidencia.
En su discurso, Céant señaló que el diálogo representa la única alternativa para superar los problemas que afectan la nación, en un tono más conciliador que el de Moise en su mensaje del jueves, en el que volvió a insistir sobre la necesidad de diálogo, pero advirtió de que “no se negociará con bandidos”.
Los sectores más radicales de oposición, como el Sector Democrático y Popular,rechazan posibilidad alguna de diálogo con el jefe Estado, en medio de una severa crisis económica, que se agravó este año por una fuerte depreciación del gourde, la moneda oficial, y por los fallos en el suministro de electricidad derivados de la escasez de combustibles.
Mientras tanto, la comunidad internacional solo ha hecho hasta ahora un único pronunciamiento el domingo pasado a través del Core Group, integrado por el representante especial adjunto del secretario general de las Naciones Unidas, los embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, EE.UU., Francia, la Unión Europea y el representante especial de la OEA, en el que llamó también al diálogo para buscar una solución a la crisis política y económica.
El pasado jueves, el Gobierno de EE.UU ordenó la salida de Haití de todo su personal diplomático no esencial y de sus familias debido a las protestas antigubernamentales, y elevó al máximo su nivel de alerta de viaje para Haití. EFE