El gobierno de Nicolás Maduro desplegó este sábado una nueva batería de amenazas que incluyeron a Juan Guaidó, Leopoldo López, miembros del partido Voluntad Popular y hasta el embajador español en Venezuela.
“Qué nos respeten por las buenas o por las malas, pero que nos respeten”, advirtió Maduro ante los suyos durante una marcha de apoyo en el que denunció el enésimo plan para matarlo.
Maduro dijo que la policía desmanteló un complot para asesinarlo dirigido por Juan Guaidó y anunció nuevas detenciones. “Al títere diabólico le acabamos de desmantelar un plan que dirigía él personalmente para matarme”, dijo Maduro en referencia al presidente encargado, reconocido por más de 50 países. “En los próximos días seguramente habrá nuevas capturas, de nuevos terroristas, llámense como se llamen”, agregó en un acto público plagado de advertencias y ataques contra sus opositores que se llamó, paradójicamente “contra el terrorismo y el odio”.
Unas horas antes el ministro de comunicación Jorge Rodríguez mostró pruebas de los supuestos planes de “terrorismo”, que vincularían a Guaidó, a Roberto Marrero, su jefe de despacho y a Leopoldo López, actualmente en arresto domiciliario, así como otros dirigentes de Voluntad Popular. Según Rodríguez, Marrero, detenido el jueves de madrugada, es “el principal enlace” para la realización de actos violentos en el territorio venezolano a cargo de centroamericanos llegados en los últimos días al país.
“Las conversaciones halladas en el teléfono de Marrero evidencian que conspira junto con Guaidó para gestionar el financiamiento de actos terroristas” acusó. Según Rodríguez un grupo de centroamericanos financiados por Colombia atentarían en el metro, contra personalidades del gobierno bolivariano, jueces y torres eléctricas. Todo ello culminaría con una huelga general y el asalto del Palacio de Miraflores, dijo el ministro.
Según Rodríguez detrás de todos los planes se encuentra Leopoldo López, a quién supuestamente apodan como “Gavilan”, Carlos Vecchio, Freddy Guevara, Fernando Martinez, y Sergio Vergara, la cúpula de Voluntad Popular y a quien Rodríguez denominó el “Estado Mayor de Terrorismo”. En este plan también implicó al embajador de España en Venezuela, Jesús Silva. “Señor embajador de España usted está conspirando otra vez, aparece en unas conversaciones en el teléfono del señor Marrero, preocupantes por decir lo menos”.
La madrugada del jueves, agentes de inteligencia detuvieron a Roberto Marrero, mano derecha de Guaidó en la Asamblea Nacional, bajo acusaciones de “terrorismo”, una decisión fuertemente criticada por la comunidad internacional. Desde el momento de su captura denunció que le habían “sembrado” fusiles y una granada.
La pregunta que muchos se hacen es que si Marrero era el operador de una conspiración encabezada por Guaidó, y la fiscalía cuenta con tal cantidad de pruebas, por qué el primero está detenido y el segundo celebró este sábado un masivo acto de apoyo en la ciudad de Barcelona, estado de Anzoátegui, donde reunió a miles de personas.
La reacción del chavismo es la dura respuesta a una semana en la que Michelle Bachelet, alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, denunció desde Ginebra ejecuciones extrajudiciales y torturas para aplacar una insurrección popular en los barrios pobres de Caracas.