El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, anunció este martes el lanzamiento de una estrategia “de acción” para promover la inclusión de las personas con discapacidad que empezará por aplicar en la ONU.
“La inclusión de las personas con discapacidades es un derecho humano fundamental”, subrayó Guterres, después de reconocer las “grandes brechas” que, a su juicio, existen tanto en la sede general de Naciones Unidas en Nueva York como en todos los países.
Durante la 12 Convención de los derechos de las Personas con Discapacidades, presidida por el embajador ecuatoriano Luis Gallegos, Guterres insistió en que la nueva estrategia no es de “palabras”, sino de “acción para elevar los estándares del desempeño de la ONU en la inclusión de la discapacidad en general, y la acción para lograr el cambio unificado y transformador que necesitamos”.
En este sentido, insistió en que empezará su trabajo por la organización internacional que representa. Para ello, la iniciativa, según Guterres, establece una planificación para que “más personas trabajen en Naciones Unidas y estén mejor respaldadas por la organización”, tanto en la sede general como en el resto de sedes regionales y en las distintas misiones humanitarias por el mundo.
“No podemos ser una plataforma para el cambio cuando las personas con discapacidades no pueden acceder a esa plataforma para hablar”, dijo Guterres tras subrayar que la ONU debe predicar con el ejemplo.
“Cuando luchamos para asegurar esos derechos, acercamos nuestro mundo a los valores y principios fundamentales de la carta de en la Naciones Unidas” declaró durante la apertura de la convención, en la que aseguró que la inclusión de la discapacidad en una de las promesas centrales de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible.
El diplomático portugués apuntó que según la Organización Internacional del Trabajo la exclusión “de las personas con discapacidades del mundo laboral puede privar a los países de hasta el 7% de su Producto Interno Bruto”.
Sin embargo, reconoció que todavía hay “un largo camino por recorrer para cambiar las mentes, las leyes y las políticas para garantizar los derechos, las oportunidades y la dignidad para las personas con discapacidad en todo el mundo”.
Para ello instó a una “colaboración más sólida” entre los Estados miembros, La ONU, las organizaciones de la sociedad civil, así como el sector privado y las instituciones académicas.
“La consecución de los derechos de las personas con discapacidad es una cuestión de justicia, así como una inversión de sentido común en nuestro futuro común. (…) Juntos, podemos crear conciencia y eliminar las barreras”, concluyó.