La falta de sueño representa uno de los problemas más habituales en las personas. Dormir menos horas de lo recomendado impacta de manera directa en el cuerpo y conlleva trastornos fisiológicos y psíquicos, como el estrés o la ansiedad, además de impactar de manera negativa al día siguiente.
En la Argentina, el 64% de las personas padece trastornos del sueño, según la encuesta internacional The Global Pursuit of Better Sleep Health realizado por Philips en 13 países. Es decir, más de seis de cada diez argentinos admitieron sufrir condiciones como insomnio, ronquidos, apnea, síndrome de piernas inquietas, entre otras. Si bien el 54% de los adultos reconoció el impacto significativo que el sueño y la falta del mismo tienen sobre su salud y bienestar general, para la mayoría de las personas lograr un buen descanso sigue siendo difícil o no es una prioridad.
En este contexto, consultado por Infobae, el médico neurólogo Alejandro Guillermo Andersson, (MN 65.836) y director del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA), aseguró que las consecuencias por no poder conciliar el sueño son muchas y que las personas deben acudir a un profesional cuando es un comportamiento que se repite por semanas o meses.
De este modo, el profesional enumeró los trastornos más frecuentes. Estos son:
Insomnio
El insomnio es uno de los trastornos más comunes pero no se debe subestimar ni pasar por alto las consecuencias en el organismo. “El insomnio se clasifica en diferentes tipos: la persona a la que le cuesta conciliar el sueño, aquellos a los que les cuesta mantener el sueño y aquellas que se despiertan sumamente temprano y no pueden vuelven a dormir. Todas suponen un problema en el sueño que debe ser reparado”, dijo Andersson.
Apnea
El síndrome de apneas-hipopneas obstructivas durante el sueño (SAHOS) es uno de los más comunes en los adultos mayores. Afecta entre el 4 y el 20% de la población general, aumentando progresivamente este porcentaje luego de los 50 años. Es una patología que se caracteriza por interrupciones repetidas de la respiración (apneas) superiores a los diez segundos que suman, en muchos casos, dos o más horas de inadecuada oxigenación en una sola noche y que se acompaña de diversos síntomas o complicaciones.
“En el mundo de los niños también existen las apneas que responden a un problema neurológico central”, enfatizó el especialista. Las apneas se repiten durante toda la noche y la falta de oxigenación genera importantes problemas psíquicos, sociales, laborales, neurológicos y cardiorrespiratorios.
Trastornos del ritmo circadiano
Los trastornos del ritmo circadiano del sueño, se caracterizan por una incapacidad para dormir debido al desajuste entre el marcapasos cerebral que controla el ritmo circadiano del sueño de la persona y el horario normal en el contexto en el que se desenvuelve la persona. “Aquellos que trabajan en distintos horarios o que viajan muy seguido a zonas con distintos horarios son pacientes en los que su organismo debe realizar un constante ajuste automático de horario y que se ven afectados por este trastorno”, comentó Andersson.
Síndrome de movimientos periódicos de las piernas
En ocasiones, el síndrome de movimientos periódicos de las piernas (PLMD por sus siglas en inglés) se presenta junto con el síndrome de las piernas inquietas (RSL).
“Hay pacientes que tienen una necesidad imperiosa de mover las piernas porque les alivia una molestia sensitiva. Por ende, cuando estiran las piernas o cuando las sacuden en la cama se sienten mejor. Cuando duermen, ocurre el fenómeno nuevamente hasta que logran conciliar el sueño pero se vuelven a despertar. A pesar de que cerca del 8% de la población se ve afectada por esto, es un trastorno que impide mantener el sueño durante toda la noche”, aseguró Andersson.
Terrores nocturnos
Se trata de un trastorno de sueño que se produce en las primeras horas de la noche y que generalmente se manifiesta en niños y menos frecuentemente en adultos. Se caracteriza por un brusco despertar con sensación de miedo intensa acompañado de gritos por parte del paciente con taquicardia y sudoración profusa. Es un cuadro explosivo que dura minutos, luego el paciente se calma y se vuelve a dormir. A la mañana siguiente hay amnesia de lo ocurrido.
“Son un tipo de Parasomnia. Consisten en episodios de gritos, incluso con los ojos abiertos, reacción de miedo intenso y agitación del cuerpo durante el sueño”, comentó Andersson.
Parálisis del sueño
Las personas que experimentan la alteración, según el especialista, se sienten completamente inmóviles. Dura un lapso breve. Pasados unos segundos, se recupera el tono muscular propio de la vigilia y puede moverse con normalidad. Si se demora en recobrar el movimiento, basta con ser tocado por alguien más para recuperarse.
Lo que no hay que hacer
-Si la persona se despierta en la madrugada es recomendable no ingerir alimentos porque el organismo es muy primitivo y se acostumbra a comer siempre en el mismo horario
-Evitar las pantallas cuando se despiertan en el momento es importante porque de acuerdo al profesional, la persona va a inhibir el pico de melatonina porque el organismo va a pensar que es de día.
-Evitar comidas abundantes antes de ir a dormir.
-Establecer y respetar una rutina de sueño de modo a que el organismo se acostumbre a una rutina y a la higiene del sueño.
-Acudir a un profesional si conciliar o mantener el sueño se vuelve algo común.
Fuente: Infobae