Cantón, China.- Puerto Rico cumplió su sueño y, tras 17 años de espera, sacó su billete para la segunda fase de un Mundial gracias una trabajada victoria ante Túnez, campeona de África, a la que tumbó con una nueva remontada y un triple final de Gary Browne que desató la locura en el Guangzhou Gymnasium de Cantón (67-64).
Como hicieron ante Irán en su debut mundialista, los triples finales permitieron salvar un choque que se les puso muy cuesta arriba. En esta ocasión golpeó primero David Huertas, el héroe ante los persas, y remató la faena, a cinco segundos del final, Gary Browne con la canasta ganadora.
Los caribeños no empezaron de la mejor manera. Intimidados de inicio por Salah Mejri, sus pérdidas en ataque se sucedían y permitían a los tunecinos, mejor plantados sobre la pista, castigarles con canastas fáciles al contraataque que se tradujeron en sus primeras ventajas.
Poco a poco, se fueron desperezando los de Eddie Casiano de la mano de un inspirado Jorge Bryan Díaz, autor de siete de los once primeros puntos de una selección que, con el paso de los minutos, fue mejorando su defensa, dominando el rebote y se puso por delante al final de un igualado primer cuarto, coincidiendo con la aparición en ataque de Huertas (19-18, min 10).
Pero las cosas volvieron a torcerse en la reanudación. Reapareció la falta de ideas ofensivas y Túnez amagó con escaparse tras un 6-0 de salida que obligó al banquillo boricua a parar el partido a los dos minutos y medio.
Algo cambió en ese tiempo muerto porque las tendencias cambiaron de bando y Puerto Rico encadenó un 9-0 que volvió a colocar las cosas en su sitio. Gian Clavell, Isaiah Pineiro y Ángel Rodríguez empezaron a ver aro y su equipo lo agradeció.
Fue entonces el seleccionador tunecino, Mario Palma, quien se vio obligado a llamar a sus hombres a capítulo para ordenar sus ideas y frenar las acometidas rivales. Se acabaron las rachas y hasta el descanso se vio un choque más igualado, con ligera ventaja caribeña y todo por decidir en la segunda parte (38-32, min 20).
La mejor noticia a esas alturas de partido era que el efecto Mejri había desaparecido. La estrella africana, principal amenaza bajo aros y desde el arco, seguía con sus cinco puntos iniciales y un par de rebotes de los trece que capturó su equipo, diez menos que los puertorriqueños.
Tras el paso por vestuarios regresó la sequía boricua. Dos lanzamientos de Huertas no tocaron ni aro y la primera canasta tardó en llegar tres minutos, lo que se tradujo en un marcador apretado, con los tunecinos de nuevo por delante (42-43).
Apareció entonces el veterano Renaldo Balkman, con pasado NBA, para tomar la responsabilidad en ataque con seis puntos consecutivos, aunque rápidamente se quedaron en nada con los triples de Omar Abada y Mohamed Hadidane.
La campeona de África llegó al último cuarto por delante (52-55) y de inició golpeó con otro acierto desde el perímetro de Michael Roll y un mate de Mejri que obligaba a remar para sacar el billete a Wuhan. Casiano pidió tiempo muerto en busca de una reacción de los suyos, que por primera vez se veían ocho abajo.
Un triple de Huertas y alguna entrada a canasta de Balkman parecía que volvían a meterles en el partido, aunque regresaron las precipitaciones y los nervios al combinado caribeño, incapaz de recortar la pequeña brecha en contra (59-64, min 37).
Como en su estreno mundialista ante Irán, a la que remontaron 18 puntos en el último cuarto, Puerto Rico soñó hasta el final con la remontada y, como aquel día, un triple desde la esquina de Huertas devolvió la igualdad al marcador a 1:35 de final (64-64).
Y tras el fallo tunecino, Browne subió el balón y, a cinco segundos del final, clavó un triple frontal que decidió el partido y acabó con la maldición de los últimos tres mundiales, en los que Puerto Rico no pasó de la primera fase. Los reyes de las remontadas acompañarán a España a la segunda fase.