El papa Francisco participó en un acto con miles de jóvenes de varias religiones durante su visita a Mozambique, un país duramente golpeado por las catástrofes naturales, lo que llevó al pontífice a pedir a la juventud que afronte el “imperioso desafío de proteger el medioambiente”.
“Tristemente, hace pocos meses sufrieron el embate de dos ciclones, han visto las consecuencias del descalabro ecológico en el que vivimos”, recordó el papa.
En el encuentro, en el palacio de deportes de Maxaquenea, el pontífice asistió a representaciones teatrales, bailes y cantos de los jóvenes de las diferentes religiones de este país, donde los cristianos son un 48%, de ellos un 28% católico, y un 18% musulmanes.
“Muchos ya habéis aceptado el desafío imperioso de proteger nuestra casa común, y entre estos hay muchos jóvenes. Tenemos un desafío: proteger nuestra casa común. Este es un lindo sueño para cultivar juntos, como familia mozambiqueña, una linda lucha que os puede ayudar a mantenerse unidos”, les dijo.
El encuentro comenzó con los jóvenes presentes en el pabellón que con las manos unidas gritaron durante minutos: “reconciliación”, una petición para un país que ha vivido 17 años de una cruenta guerra civil y que acaba de firmar un nuevo acuerdo de paz.
Y el papa les instó después a repetir su llamado a los jóvenes.
Entonces les exhortó a ser capaces de sentarse y hablar y de crear amistad social porque “el mundo se destruye por la enemistad. Y la enemistad más grande es la guerra. Y hoy día vemos que el mundo se está destruyendo por la guerra”.
En su discurso que pronunció en portugués, el papa Francisco aconsejó también que “se cuiden de dos actitudes que matan los sueños y la esperanza: la resignación y la ansiedad”.
“Son grandes enemigas de la vida, porque nos empujan normalmente por un camino fácil, pero de derrota, y el precio que piden para pasar es muy caro”, les dijo.
Y les puso los ejemplos de dos personas que superaron sus dificultades: el futbolista Eusebio da Silva, la “pantera negra” que venía de una familia muy humilde y huérfano de padre y la atleta María Mutola, que solo “al cuarto intento, esta atleta de los 800 metros alcanzó su medalla de oro en las olimpíadas de Sídney”.
Recalcó a los jóvenes que vienen de tradiciones diferentes e incluso hablan lenguas diferentes, pero esto no impide que se hayan encontrado.
“Mucho se ha sufrido y se sufre porque algunos se creen con el derecho de determinar quién puede jugar y quién tiene que quedar fuera de la cancha, y van por la vida dividiendo y enfrentando”, aseveró el papa.
El pontífice continuará su agenda de hoy jueves con la reunión con el clero y los obispos del país en la catedral de la Inmaculada Concepción y una visita privada a la Casa Matteo 25 que se ocupa de asistir a los más necesitados.