Estados Unidos habría desplegado el destructor de misiles guiados USS Nitze frente a la costa noreste de Arabia Saudita, en un esfuerzo por cerrar la brecha en las defensas antiaéreas del reino, informa el corresponsal de seguridad nacional de CBS News, David Martin.
Washington cree que fue a través del espacio aéreo sobre las regiones del noreste de Arabia Saudita por dónde, supuestamente, Irán atacó las refinerías del reino el pasado 14 de septiembre, acusaciones que la República Islámica rechaza de plano.
El USS Nitze, que va equipado con el sistema de defensa antimisiles Aegis, puede transportar hasta 74 misiles SM-3 con un alcance de 500 kilómetros. Asimismo, va armado con misiles de crucero Tomahawk, que pueden alcanzar objetivos a una distancia de 1.600 kilómetros.
De esta forma, el buque de guerra se habría sumado al destructor de misiles USS Gonzalez, desplegado en el sur del golfo Pérsico, cerca de las costas de Irán, así como a otro destructor de defensa antimisiles estadounidense que se encuentra en la parte central del Golfo. Por otro lado, en las aguas del golfo de Omán se encuentra posicionado el grupo de combate del portaviones USS Abraham Lincoln.
Despliegue de tropas
El presidente de EE.UU., Donald Trump, ha aprobado el despliegue de fuerzas estadounidenses en Oriente Medio para proteger a Arabia Saudita tras el ataque contra sus instalaciones petroleras, informó este sábado el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper.
Según el Pentágono, la movilización tendrá carácter defensivo y estará centrada, principalmente, en la defensa aérea y de misiles. “Estados Unidos no busca la guerra con Irán, pero tiene una gran cantidad de opciones militares”, ha aseverado Esper.
El secretario de Defensa detalló que, en respuesta a las solicitudes de asistencia de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, Washington acelerará las entregas de armas y enviará más tropas y equipos al golfo Pérsico, principalmente activos de “defensa aérea y de misiles”.
El despliegue tiene tres objetivos, según Esper: ayudar a reforzar las defensas sauditas y emiratíes, “garantizar el libre flujo de comercio” en el golfo Pérsico y “proteger y defender el orden internacional basado en normas” que, según Washington, Irán desafía.