Dinero de subastas de bienes del narco no ha sido entregado en su totalidad a comunidades beneficiarias

A poco más de un año en el poder, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador realizó siete subastas de bienes, desde lujosas residencias y autos de administraciones anteriores, avionetas, hasta excéntricas joyas decomisadas a los cárteles del narco.

Apenas a mediados de diciembre el llamado Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (Indep) -antes Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE)- llevó a cabo lo que llamó la madre de todas las subastas. Vendió más de 50 lotes, entre joyas y vehículos y recaudó alrededor de 50,000,000 de pesos en los dos días de puja.

En esa ocasión fueron ofertados y vendidos siete autos de lujo, entre ellos un Lamborghini de 5.6 millones de pesos, que le fueron asegurados a la banda de hackers conocida como Bandidos Revolution Team, cuyo líder, Héctor Ortiz Solares, “H-1” o “Bandido Boss”, fue detenido en mayo de 2019 por la Fiscalía General de la República (FGR).

Entre lo ofertado en las siete subastas se encuentra la residencia del empresario mexicano de origen chino Zhenli Ye Gon, un reloj Romain Jerome elaborado con piezas del barco Titanic, un automóvil denominado “La Bestia”, un Lamborghini Murciélago, y una casa vinculada al cártel de Los Beltrán Leyva.

En total son 531 artículos que ha vendido el gobierno federal, por los que ha recaudado más de 351,000,000 de pesos, dinero que ha sido asignado a deportistas, grupos musicales de niños en Oaxaca, para la construcción de caminos y a municipios con extrema pobreza.

No obstante, no todo ese dinero se pudo entregar el año que recién terminó. El propio presidente López Obrador reconoció en dos ocasiones que había retrasos en la entrega de recursos, una en septiembre y una en octubre.

En la primera ocasión argumentó que, por usos y costumbres de los pueblos de Oaxaca, el dinero no había podido ser cobrado, aunque los cheques ya estaban entregados. Y en la segunda reconoció que la demora se debía a trámites burocráticos.

“Yo hasta entregué simbólicamente un cheque de papel, pasan dos meses sin poder cobrar el cheque ¿por qué? Porque faltaba una firma, así fue la herencia que recibimos, burocrática”, explicó durante su visita a la comunidad del Hospital Rural de Santiago Juxtlahuaca, en Oaxaca en octubre.

En febrero iniciaron las subastas con la venta de automóviles de lujo que eran propiedad de la Oficina de la Presidencia y del Estado Mayor Presidencial. Aunque el objetivo era recaudar 100,000,000 de pesos, se adjudicaron 198 de 218 vehículos, con lo que se obtuvo 62,179,400 pesos.

En esa subasta, el automóvil más codiciado fue “La Bestia”, el cual fue utilizado para trasladar en su visita a México al rey Felipe VI y a la reina Letizia, a otros 65 jefes de estado y de gobierno durante el sexenio anterior y por los ex presidentes Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Logró venderse en 1,991,300 pesos.

En junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que serían entregados dos cheques por 12,836,607 pesos a los municipios oaxaqueños Santos Reyes Yucuná y Santa María Zuniza, que se encuentran entre los más pobres de acuerdo con la medición de pobreza a nivel municipio 2010 y 2015 realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El mandatario mexicano anunció a principios de diciembre que lo que se recaude en la madre de todas las subastas sería destinado a construir caminos en la comunidad de La Yesca, en Nayarit, y en Atarjea en Guanajuato.

Ricardo Rodríguez Vargas, titular del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, aseguró que los recursos obtenidos en las subastas con sentido social “ya están siendo ejercidos de manera plena en las comunidades, en su mayoría”. Afirmó que hay claridad y transparencia en cómo se manejan dichos recursos, por lo que ahora “ya no se van a la cañería o al tubo del gobierno federal en general”.