Se sabe que el sistema de salud de los Estados Unidos es el más caro del mundo. Y que, aun teniendo cobertura médica, la proporción de los costos que le corresponde pagar de su bolsillo al consumidor suele devastar el presupuesto familiar.
Un nuevo estudio de economistas de la Universidad de Princeton revela que estos costos están tan por encima de lo que la gente paga en otros países que son equivalentes a un impuesto considerable.
Los economistas Anne Case y Angus Deaton dicen que les sorprende que los estadounidenses no se rebelen contra estos impuestos.
En una conferencia durante un encuentro de la Asociación Americana de Economía en San Diego, a principios de enero, dijeron que “algunas personas se están volviendo muy ricas a expensas del resto de nosotros”.
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El sistema de atención médica del país es el más caro del mundo, y cuesta alrededor de $1 billón más por año que el siguiente sistema más caro: el de Suiza.
Eso significa que los hogares estadounidenses pagan al menos $8,000 adicionales por año, en comparación con lo que pagan las familias suizas.
Case y Deaton ven este costo adicional como lo que en inglés se llama “poll tax”, que es un impuesto que se aplica a cada individuo, independientemente de su capacidad de pago. Se dice “poll” no por encuesta, sino que se refiere a una forma arcaica de decir “por cabeza”.
Pero estos economistas, ganadores del premio Nobel, aseguran que, a pesar de pagar $ 8,000 más al año que cualquier otra persona, las familias estadounidenses no tienen mejores resultados de salud, argumentan los economistas. La esperanza de vida en los Estados Unidos es más baja que la de Europa.
En su último trabajo sobre el tema, los economistas dicen que las cuentas sorpresa, facturas inesperadas que los consumidores reciben luego de haber tenido procedimientos médicos fuera de su red de proveedores, por ejemplo, agregan una carga económica adicional.
En una entrevista en The Washington Post, los investigadores dijeron que —después de observar otros sistemas de salud en todo el mundo que ofrecen mejores resultados de salud— está claro que deben suceder dos cosas en los Estados Unidos: todos deben estar en el sistema de salud (a través de un seguro o un sistema administrado por el gobierno como Medicare para Todos), y debe haber controles de costos, incluidos límites de precios de los medicamentos y decisiones gubernamentales de no cubrir algunos procedimientos.
El costo de vida en el país es alto, y el seguro de salud si bien resuelve parte de los costos, no ayuda a dormir en paz.
Por supuesto, dependiendo del ingreso familiar, habrá subsidios que ayuden a pagar los costos médicos, o programas como Medicaid y el Programa de Seguro de Salud Infantil (CHIP), que cubre sin costo a familias de bajos ingresos.
Pero para la clase media que paga un seguro, siempre está el temor de que enfermarse puede significar la bancarrota.