El estudio hecho a un esqueleto, encontrado en septiembre de 2016 en una cueva de la península de Yucatán, al sureste de México, fortalece la teoría de que había al menos dos grupos diferentes de humanos viviendo en lo que ahora es territorio mexicano, durante el final de la última edad de hielo.
El hallazgo arroja una luz sobre la historia de los primeros habitantes del continente y se logró luego de estudiar la osamenta, que corresponde a una mujer de aproximadamente 30 años al momento de su muerte, que fue hallada en la cueva Chan Hol —donde fueron encontrados otros restos—, cerca de la ciudad mexicana de Tulum, en el estado de Quintana Roo, de acuerdo al estudio, liderado por Wolfgang Stinnesbeck, profesor de bioestratigrafía y paleoecología en el Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Heidelberg en Alemania, publicado este miércoles 5 de febrero en el portal Plos One.
Según el estudio, el esqueleto, identificado como ‘Chan Hol 3’ —el nombre de la cueva y el número de esqueletos encontrados en el lugar—, data de, al menos, 9.900 años atrás.
Los autores utilizaron un método de datación no dañino y tomaron mediciones craneométricas, que luego compararon con otros 452 cráneos de antepasados encontrados en otras poblaciones americanas, incluyendo otros hallados en la misma cueva.
Tras el análisis, concluyeron que los esqueletos antiguos de Yucatán tenían cráneos que eran diferentes a cualquiera de los hallados en otros lugares.
“Por lo tanto, nuestros datos respaldan la presencia de dos grupos humanos morfológicamente diferentes con diferentes estrategias de subsistencia en México durante la transición del límite Pleistoceno-Holoceno”, dice el estudio.
Otras características del ‘Chan Hol 3’
El esqueleto también mostró tres traumas craneales y evidencia de una “posible enfermedad bacteriana de treponemas, que causó una alteración severa de los huesos parietales y occipitales posteriores del cráneo”. Esta sería la primera vez que se informa la presencia de esa enfermedad en un esqueleto paleoindio en las Américas.
Además, al igual que los restos anteriores encontrados en la misma cueva, y a diferencia de otros colonos americanos, los restos de esta mujer revelaron que tenía caries, lo que sugiere que esta población tenía una dieta alta en azúcar.
Esa diferencia con otros grupos, también sugieren que los colonos de Yucatán formaron un grupo aislado de los cazadores y recolectores que poblaron el centro de México al final del Pleistoceno.
“Los dos grupos deben haber sido muy diferentes en aspecto y cultura. Si bien los grupos del centro de México eran altos, buenos cazadores, con elaboradas herramientas de piedra, el pueblo de Yucatán era pequeño y delicado y, hasta la fecha, no se encontró una sola herramienta de piedra”, dijo Stinnesbeck, citado por Live Science.
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