Bogotá, EFE.- Embotellamientos en avenidas de Bogotá, una piscina improvisada y repleta de gente en una volqueta en Medellín y fiestas clandestinas en Cali son hoy el reflejo de una cuarentena hace agua en Colombia, en plena escalada de la pandemia del coronavirus.
En los últimos tres días Colombia registró más de 1.000 casos diarios y ya tiene 25.366 contagiados, de los cuales 822 fallecieron, pese a que desde el 25 de marzo el país está en aislamiento social obligatorio, medida cada vez menos acatada por la gente, bien sea por indisciplina o por necesidad.
Con los casos desbordados, el presidente Iván Duque autorizó el jueves, vía decreto, prolongar hasta las cero horas del 1 de julio la cuarentena que debía terminar este domingo, pero cada vez con más exenciones, 43 en total, para salir a la calle.
La decisión presidencial mantiene la limitación a “la libre circulación de personas y vehículos en el territorio nacional”, pero contempla nuevas excepciones, como la que incluye a quienes realicen “actividades profesionales, técnicas y de servicios en general”, un universo muy amplio.
“No hay posibilidad de cuarentena con 43 excepciones, no hay aislamiento con 43 excepciones, lo que hay es la autorización de la reactivación económica para privilegiar el empleo. Esa es la decisión del presidente, él asume las consecuencias”, dijo este viernes la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, durante una rueda de prensa.
La flexibilización del aislamiento fue anunciada horas antes de que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) anunciara que la tasa de desempleo de abril fue del 19,8 %, el doble que el del mismo mes del año anterior, todo por el parón de la economía por la cuarentena.
CALLES LLENAS
Con la nueva disposición -que según el Gobierno busca garantizar los derechos a la vida, salud y supervivencia de los colombianos-, se verán beneficiados sectores que por necesidad estaban operando de forma clandestina y sin haber recibido la autorización del Gobierno para trabajar, como las peluquerías y otros servicios considerados no esenciales.
“¿Por qué seguir hablando de cuarentena si abren hasta centros comerciales y peluquerías? Excepciones no son ahora actividades en las que se puede salir, sino las que tienen restricción”, criticó el representante a la Cámara David Racero, del izquierdista partido Lista de la Decencia.
La alcaldesa de Bogotá, ciudad con la mayor cifra de contagios, aseguró que el Gobierno de Duque “acabó con la cuarentena” y que es “un engaño decirle a la ciudadanía que hay aislamiento preventivo” cuando se está permitiendo la salida de millones de personas a las calles mientras el decreto presidencial “confunde y no cuida”.
El argumento de López se constata en Bogotá, donde se han vuelto a formar embotellamientos en arterias como la Autopista Norte y la Avenida Suba, o en la piscina improvisada en una volqueta que circuló en días pasados por Medellín (noroeste).
En Cali (suroeste), la indisciplina de la ciudadanía llevó a la Alcaldía a crear un escuadrón “caza-fiestas” para evitar que la gente asista a encuentros clandestinos como la fiesta sexual celebrada en una casa, con la participación de al menos 20 personas, a mediados de este mes.
AFLOJAR O ENDURECER
La situación tiene en alerta a las principales capitales del país, donde los alcaldes se preparan como pueden para reabrir sectores importantes de la economía mientras intentan controlar la proliferación de contagios.
Para el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, es imposible que esa ciudad, tercera de Colombia y capital del Valle del Cauca, retome por ahora todas sus actividades porque, según dijo en Twitter, las cifras de infectados “en algunos sectores no son buenas” y la ciudad tendrá que esmerarse “por mejorarlas”.
El Valle del Cauca es el tercer foco de contagio del país, con 2.969 casos, de los cuales 2.311 están en Cali, razón por la que Ospina decidió no permitir la reapertura de sectores que sí estarán exentos en otras ciudades.
“Creo con entusiasmo en la necesaria reapertura de muchos emprendimientos y lo haremos, pero de manera progresiva y con estrictos protocolos”, manifestó.
En la caribeña Barranquilla, que tiene 1.704 contagios, el alcalde Jaime Pumarejo dijo que no autorizará la activación de más sectores económicos a partir del 1 de junio sino cinco días después para ganar tiempo en la preparación de medidas de bioseguridad.
“Desde el 6 de junio reactivaremos, de manera gradual, los comercios y empresas autorizadas en decreto nacional, teniendo en cuenta la evolución de la crisis, y en consenso con el Ministerio de Salud”, manifestó Pumarejo en un video.
Otra ciudad que vive una situación compleja es Cartagena de Indias, donde hay 2.472 casos y han fallecido más de 100 personas.
El alcalde William Dau está a la espera de la autorización del Gobierno nacional para endurecer la cuarentena en esa ciudad caribeña donde los casos crecen como la espuma y los ciudadanos parecen no acatar las medidas para contrarrestar la pandemia.
Un caso diferente es el de Medellín, que tiene 503 contagios y 3 muertos por coronavirus, la cifra más baja entre las grandes ciudades colombianas, y donde el pasado lunes comenzó un plan piloto para flexibilizar el aislamiento obligatorio que incluyó la reapertura de los primeros tres centros comerciales del país.