Amistad intercultural: aprendiendo de las diferencias

Por Escarlin Pozo

Tao y Sarah se conocieron en clases de lingüística. Ambos compartían intereses por la lectura y escritura. No lo hacían porque era parte de su programa universitario. Eran verdaderamente amantes de la literatura.

Durante el transcurso del semestre, su relación como compañeros se afianzó durante las tareas que realizaban conjuntamente. En realidad, formaban un gran equipo. Así eran vistos por todos sus compañeros y el maestro con cabello revuelto y delgado que les tocó. El “Viejo Doc Brown” como le llamaban por su parecido al personaje de la película “Volver al futuro”.

Tao había nacido en China y ella en República Dominicana. Aunque el español de él no era perfecto, aun así, lo hablaba muy bien. Lo necesario para comprender desde oraciones simples a compuestas, sin necesidad de recibir explicación.

Ellos tenían un punto a su favor, hablaban el mismo idioma, a pesar de pertenecer a países y culturas diferentes, un aspecto importante para desarrollar una amistad intercultural.

El sociólogo Jan Knaupp explica que la comunicación intercultural, como disciplina, estudia cómo el proceso de comunicación entre personas o grupos es afectado debido a diferentes formas de socialización y cómo es posible lograr una comunicación eficaz sin malentendidos.

Para determinar si hay diferencias culturales, el entrenador intercultural expone que debemos romper con la concepción de que un país es sinónimo de una sola cultura, pues comenta que cada individuo es afectado por la globalización y el individualismo, pudiendo tener características y estilos de vida muy diferentes a sus compatriotas.

“Los criterios para diferenciar las culturas son múltiples, no es fácil establecer las fronteras culturales. En la mayoría de las sociedades se encuentra un pluralismo cultural, donde cada uno pertence a varias culturas al mismo tiempo”, así puntualiza.

El especialista resalta que se trata de una amistad intercultural cuando dos personas con una socialización muy distinta forman un vínculo amistoso.

Sin lugar a duda, Tao y Sarah desarrollaban este tipo de amistad. Durante sus vivencias, como suelen revelar, intercambian sus puntos de vista ante cada experiencia. A pesar de pertenecer a “dos mundos muy distintos”, suelen ser flexibles y comprenderse el uno al otro.

Ellos detallan que lo más enriquecedor de su amistad es que pueden comprender de una forma más amplia y con menos estereotipos sus culturas. Aprendieron que “no existe una verdad absoluta” y que todo depende de las raíces, ideologías y experiencias desarrolladas durante la vida de cada persona.

De esta forma, Jan Knaupp manifiesta que son múltiples los beneficios al tener este tipo de amistad, al tiempo de agregar que no existen desventajas cuando se decide tener amigos de “otros mundos”, como algunos suelen llamarlo.

Exterioriza, también, que la cultura debe ser vista como un ‘iceberg’, es decir, se debe tomar en cuenta que a simple vista se percibe en las personas la parte superficial de la cultura, sin embargo, existen “aspectos invisibles” que engloban la razón de su accionar.

“Eso implica que uno debe estar dispuesto a aprender acerca de la historia, economía, educación, las convivencias, la religión, las tradiciones y prácticas culturales de la otra persona para poder entender el comportamiento a fondo y evitar confusiones”, sostiene el experto.

Ventajas de la amistad intercultural según Jan Knaupp:

1. Se pierden pensamientos de superioridad cultural: ausencia de etnocentrismo
2. Se desarrolla la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona para comprender su forma de ser: relativismo cultural
3. Se tiene un carácter más flexible, pudiendo adoptar los aspectos beneficiosos de la otra cultura: flexibilidad cultural
4. Se desarrolla una capacidad para prevenir problemas: prevención de conflictos interculturales
5. Se aprende a acoplarse en nuevos entornos: capacidad de adaptación cultural

OTRO DETALLES: 

Los entrenamientos interculturales proporcionan consejos útiles y estrategias de acción que fomentan una comunicación exitosa y hacen más eficiente la cooperación intercultural, sea para empresas que realizan negocios en otros países o para personas que desean establecerse en el extranjero.

Las redes sociales facilitan el acceso a prácticas culturales ajenas. Las plataformas virtuales permiten que las personas tengan contacto con individuos de otras culturas de una manera simple y rápida, sin necesidad de tomar un pasaporte para viajar a otro lugar.

“Lo importante es asegurarse siempre de que la interpretación corresponde con el mensaje de la otra persona y no solamente asumir algo sin verificación”, dice Knaupp.