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¿Cómo diferenciar una intoxicación alimentaria de la gripe estomacal?

La intoxicación alimentaria y la gripe estomacal cuentan con una serie de semejanzas entre sí, pero también con varias diferencias que  hay que tener en cuenta. Es preciso poner en marcha tratamientos distintos según cual sea el motivo que origina el malestar; por ello, es importante realizar un correcto diagnóstico.

Te vamos a enseñar en qué se diferencian ambas afecciones, no solo desde el punto de vista de sus causas sino también de las consecuencias y del pronóstico. Ten en cuenta que en muchos casos será necesaria la intervención de un profesional; de lo contrario, podría ponerse en riesgo el estado de salud del sujeto.

¿Qué produce la gastroenteritis viral?

La gripe estomacal suele estar causada por un virus que provoca una inflamación del tubo digestivo, lo que causa problemas a nivel estomacal e intestinal. Es común experimentar vómitos, diarreas y dolores a partir de esta clase de patologías infecciosas.

Cabe destacar que se trata de una enfermedad contagiosa que puede trasmitirse entre sujetos debido al contacto cercano. Se transporta por medio de las microgotas que se expulsan al hablar. También, es posible experimentar una infección a través del uso de objetos contaminados.

Son varios virus los que pueden desencadenar el problema. Los norovirus suelen afectar a los niños más pequeños, al igual que los rotavirus. Así, lo evidencia un estudio publicado en la revista Praxis. No obstante, en el público adulto son mucho más comunes los astrovirus y lo adenovirus. Incluso, algunos tipos de coronavirus también podrían generar dichos procesos.

Síntomas de la gripe estomacal

La gripe estomacal suele cursar con dolor a nivel abdominal, con diarreas y con vómitos. Sin embargo, es relativamente frecuente que se acompañen estas dolencias con escalofríos y con fiebre en un intento del organismo de acabar con el virus que causa la patología. Además, es frecuente experimentar también dolor muscular.

Lo que hay que vigilar muy de cerca son los síntomas de la deshidratación. En ocasiones, el paciente no consigue ingerir líquidos sin vomitar, por lo que es propenso a sufrir un déficit en el balance hídrico. Ten en cuenta que la deshidratación puede poner gravemente en riesgo la vida del individuo, por lo que hay que estar atento a los síntomas asociados.

¿Qué produce la intoxicación alimentaria?

A diferencia de la gripe estomacal, la intoxicación alimentaria está provocada por una bacteria o por un protozoo. El origen es un microorganismo o la toxina del mismo que irrita e inflama las mucosas del tubo digestivo y genera, en muchas situaciones, una sintomatología similar a la descrita.

La intoxicación más frecuente es la provocada por las bacterias del género Clostridium. No obstante, también es muy habitual que el microorganismo que se encuentra detrás del problema sea la Salmonella.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista Przeglad Epidemiologiczny, el número de casos afectados por esta bacteria se ha incrementado en los últimos años. Se encuentra sobre todo en las carnes y en los productos derivados de ellas.

Síntomas frecuentes

Los síntomas que producen las intoxicaciones alimentarias son muy similares a los de la gripe estomacal en ciertos casos. Es habitual experimentar diarreas, vómitos, dolor abdominal, fiebre y deshidratación. Sin embargo, estos suelen durar menos, aunque dependerá de la gravedad de la intoxicación y de la cantidad de bacterias o toxinas ingeridas.

No obstante, existen algunas intoxicaciones que pueden provocar fallos en otros órganos. El hígado suele ser el principal afectado. Este sufre fundamentalmente cuando se consumen micotoxinas procedentes de los hongos. Incluso se ha llegado a demostrar que dichos tóxicos son capaces de incrementar el riesgo de cáncer o de hepatitis.

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¿Cuándo ir al médico?

Sea cual sea la causa del malestar, es importante acudir al médico cuando los síntomas no cesan en un periodo de 24 horas o cuando se agravan con el paso del tiempo. También, si se sufren alteraciones cutáneas, dolor de cabeza o fiebre intensa.

Además, el propio especialista podrá ofrecer soluciones para cortar los vómitos continuos en forma de fármacos inoculados por vía intramuscular. Estos suelen ser muy eficaces para que el organismo comience a tolerar líquidos y se reduzca el riesgo de deshidratación.

En el caso de experimentar pérdida de conocimiento o dolores muy fuertes, habrá que ponerse en contacto de inmediato con el servicio de urgencias.

De todos modos, tanto las gripes estomacales como las intoxicaciones alimentarias suelen remitir tras unas pocas horas. Lo normal es que los síntomas no se extiendan durante más de 2 días. A pesar de ello, pueden surgir complicaciones a nivel digestivo, por lo que es preciso vigilar que no aparezca en ningún momento sangre en las heces.

¿Cómo se diagnostican?

Para establecer el diagnóstico de la intoxicación alimentaria o de la gripe estomacal será necesario realizar una historia clínica bastante completa. El especialista preguntará sobre los alimentos consumidos en las últimas horas, para valorar si alguno de ellos presenta riesgo microbiológico.

También, será necesario conocer si alguna persona cercana con la que se tuvo contacto se encuentra en la misma situación. En general, no suelen realizarse pruebas diagnósticas como tal, salvo en los casos más graves. Podría incluso llegar a pedirse una serología o un cultivo de heces para saber con precisión cual es el microorganismo que está causando el daño.

Tratamientos recomendados

Los tratamientos recomendados, independientemente del motivo que cause la patología, estarán encaminados a buscar una remisión de los síntomas, así como a prevenir la deshidratación.

Lo primero será incrementar el volumen de agua de forma paulatina, siempre y cuando esta no cause reflejo de náuseas o vómitos. A partir de aquí, se irán incluyendo en la dieta alimentos sólidos de fácil digestión, como el arroz blanco y el pollo. Aquellos productos con alto contenido en grasas o en fibra serán los últimos en reintroducirse.

Los casos más graves pueden requerir de la administración de un antihemético que corte los vómitos. Incluso, se podría inocular suero intravenoso si se generan síntomas de deshidratación, aunque esto ya corresponde al manejo hospitalario.

En el caso de estar ante un problema vírico, es posible incluir un suplemento de vitamina C para fortalecer el sistema inmune. Si lo que provoca la enfermedad fuese una bacteria o una toxina, se podría valorar también hacer uso de algunos fármacos que bloqueen sus efectos o que eliminen el patógeno. Un ejemplo serían los antibióticos en los casos más graves.

¿Cómo prevenirlas?

La prevención es un punto clave a la hora de evitar la gripe estomacal y las intoxicaciones alimentarias. Para no sufrirlas es esencial garantizar una buena higiene de manos y una correcta manipulación de los alimentos antes y durante su consumo. Respetar la cadena de frío y las buenas prácticas de conservación será esencial.

Del mismo modo, no establecer contactos estrechos con aquellas personas que hayan desarrollado síntomas gastrointestinales también puede ahorrar contraer la enfermedad causada por el virus. Siempre y cuando estos sean los causantes.

No obstante, es algo bastante difícil de llevar a cabo, ya que dichos microorganismos suelen ser muy contagiosos antes de generar síntomas en el sujeto.

Gripe estomacal e intoxicación alimentaria, dos problemas diferentes con síntomas parecidos

Como has podido comprobar, la gripe estomacal y la intoxicación alimentaria comparten una serie de similitudes en cuanto a los síntomas que generan. Sin embargo, están causadas por microorganismos distintos, por lo que el tratamiento que se propone en las manifestaciones más intensas de la enfermedad son también diferentes.

Lo mejor es apostar por la prevención y garantizar que se cumplen las medidas de higiene entre personas y a nivel de manipulación de los alimentos. Una vez que han aparecido los primeros síntomas, es importante conocer cuándo ir al médico y tratar de evitar la deshidratación.

Fuente: Mejor con salud

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