Roma, 9 feb (EFE).- El Lacio y su capital, Roma, se han situado a la cabeza en la carrera de la vacunación en Italia, pues se ha comenzado a inmunizar a los mayores de 80 años antes que ninguna otra región gracias a un sistema que, sin grandes milagros pero con una buena organización, se ha convertido en pionero en el país.
La vacunación empezó este lunes, sólo una semana después de que se pusiera en marcha la aplicación regional para pedir cita. La respuesta ciudadana ha sido tal que la plataforma se colapsó a velocidad de vértigo: en apenas siete minutos llegaron más de 2.000 peticiones, y dos días después eran más de 150.000.
“El objetivo es concluir la vacunación de los mayores de 80 a principios de mayo”, concretó la unidad de crisis para la COVID-19 en el Lacio, donde residen unas 400.000 personas de esa franja de edad. Sólo en el primer día de campaña, más de 3.500 ancianos acudieron a los puntos habilitados en la región, de casi 6 millones de habitantes.
Esta etapa del proceso “prosigue con el empeño de proteger a los ancianos, los más golpeados por esta pandemia”, escribió el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, en Facebook, con motivo del inicio de la campaña en Lacio. Liguria (noroeste), Véneto (noreste) y Lombardía (norte) tienen previsto comenzar la vacunación de sus mayores en las próxima semanas, pero aún están organizándose.
Al proteger a los ancianos de entre 80 y 89 años, el Lacio cubre a todos los colectivos incluidos en la Fase 1 del plan de vacunación italiano contra el coronavirus, entre los que se encuentran también los sanitarios y los residentes y el personal de las residencias de mayores.
SIN GRANDES MILAGROS
“Al principio todo era una improvisación diaria, pero uno consolida las experiencias y modifica sus estrategias para adaptarse a las necesidades que surgen”, explica a Efe el gerente de la vacunación del Hospital de San Giovanni, Claudio Mattana, para quien detrás del éxito “no hay grandes milagros”.
Al final –resume–, la experiencia y la organización son las únicas claves de que la región sea la primera del país en proteger al grupo que, por su edad, ha sido más golpeado por la pandemia, precisamente en la fase más importante del plan de vacunación italiano.
Es la misma idea que defiende Francesco Vaia, director sanitario del hospital Spallanzani de Roma, para quien el éxito de la campaña en el Lacio se basa simplemente en “la rapidez y la preparación”, que han permitido vacunar hasta a 1.000 personas al día.
En la galería del San Giovanni, donde en el siglo XVII se internaba a los enfermos por la peste, hoy hacen historia los mayores, que, junto a los sanitarios, los primeros en ser vacunados, se protegen contra la pandemia del siglo XXI, que ha cambiado su estilo de vida.
Por este lugar, cubierto con frescos y presidido por un enorme crucifijo, pasan “hasta 400 personas” para recibir la vacuna de 8.00 a 16.00 horas locales (7.00 a 15.00 GMT) de lunes a domingo.
En apenas media hora, en la que se incluyen los 15 minutos de espera para ver si la dosis produce algún tipo de reacción alérgica, los vacunados salen del San Giovanni sintiéndose un poco más seguros ante la COVID-19.
“Ha sido muy rápido, están muy bien organizados; pedí cita y me dieron hora para hoy”, explicó Carlo a salida de la sala de vacunación en la que se estrenan los mayores de 80 años en el Hospital de San Giovanni. “Me siento bien. Me siento más seguro”, añadió.
“La salud no es un privilegio de uno solo, sino de la comunidad”, aseguró el anciano. “No es mi salud; es la de todos”.
SANITARIOS COMPLETAMENTE VACUNADOS
Los ancianos de Italia siguen los pasos de los sanitarios. “El Hospital Bambino Gesù ha vacunado a todos su personal sanitario incluyendo la segunda dosis, unas tres mil personas” –cuenta a Efe el responsable de microbiología del centro pediátrico, Carlo Federico Perno.
“Prácticamente todos han aceptado vacunarse. Ha habido una participación muy alta ”, según comenta con orgullo al recordar que en Italia la vacunación es voluntaria.
Ahora, el Bambino Gesú va a inmunizar a todo su personal administrativo, antes de que el centro se convierta en un espacio de vacunación para toda la población, empezando por los mayores.
Ante los retrasos en la entrega de las vacunas por parte de las farmacéuticas que se ha producido en las últimas semanas, el experto explica cómo en Italia “se priorizó completar la vacunación con las dos dosis a todo el personal frente la idea de inocular más dosis pero sólo de la primera”.
Sobre el éxito del Lacio en la campaña de vacunación, Perno señala con humildad que “el sistema sanitario y social ha funcionado bien, como el transporte y los hospitales”.