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Hiperplasia del seno: tipos, causas y tratamientos

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La hiperplasia del seno es un crecimiento excesivo de algunas células que se encuentran en esa zona. También se conoce con el nombre de «hiperplasia epitelial» o «enfermedad mamaria proliferativa».

Cuando el crecimiento incontrolado se produce en las células que revisten los pequeños conductos que hay en el seno, se denomina hiperplasia ductal o hiperplasia epitelial ductal.

Si en la hiperplasia del seno hay crecimiento excesivo de las células que revisten las glándulas mamarias, o lobulillos, se habla de hiperplasia lobular. Tanto la ductal como la lobular tienen más o menos la misma incidencia y efectos similares en relación con el cáncer de seno.

Tipos de hiperplasia del seno

Las células que aumentan en número y se observan bajo el microscopio pueden tener dos tipos de apariencia. De ello se desprende que la hiperplasia del seno se divida en dos grandes grupos: usual y atípica.

Usual

La hiperplasia del seno usual también se conoce con el nombre de «papilomatosis mamaria». Tiene lugar cuando el aspecto de las células en expansión es muy parecido al de las células normales. En general, se le considera un proceso benigno que rara vez está asociado con el cáncer de mama.

Atípica

La hiperplasia del seno atípica, también denominada «hiperplasia con atipia», tiene lugar cuando las células en expansión tienen un aspecto visiblemente diferente al de las células normales.

No es cáncer, pero sí se considera un factor de riesgo para el desarrollo de este. De hecho, se estima que esta condición aumenta de manera significativa la posibilidad de desarrollar cáncer mamario. Por lo tanto, se le aborda como una enfermedad precancerosa.

¿Cuáles son los síntomas de la hiperplasia del seno?

Lo más habitual es que la hiperplasia del seno no genere ningún síntoma específico. De cualquier manera, siempre que haya alguna molestia, una modificación o algún aspecto que genere dudas, se debe consultar con el médico.

Lo más frecuente es que la hiperplasia se descubra durante el análisis de una biopsia. Lo común es que una ecografía o mamografía arroje algún resultado dudoso o anormal y esto conduzca a la orden de biopsia. Es entonces cuando se detecta la enfermedad.

Causas y factores de riesgo

Las causas de la hiperplasia del seno no son claras para la ciencia. Lo que se sabe es que en la modalidad atípica las células presentan anomalías en tamaño, forma, cantidad, aspecto y patrón de crecimiento.

También se ha establecido que el progreso hasta llegar al cáncer de mama sigue un patrón más o menos regular, el cual comprende las siguientes etapas:

  • Hiperplasia. Es la fase en la cual las células comienzan a crecer de forma acelerada, pero su aspecto aún es normal; es decir que no se diferencian de las células normales.
  • Hiperplasia atípica. En esta etapa las células comienzan a apilarse unas sobre otras. Su aspecto ya resulta anómalo.
  • Cáncer no invasivo o localizado. Los cambios en las células y su crecimiento se tornan más intensos. Se transforman en un cáncer localizado en los conductos mamarios.
  • Cáncer invasivo. Las células se aglutinan dentro del conducto mamario, siguen multiplicándose e invaden el tejido circundante y, luego, los vasos sanguíneos o los conductos linfáticos.

Posibles complicaciones

Es claro que la principal complicación de la hiperplasia del seno es el desarrollo de cáncer de seno. Sin embargo, el riesgo depende del tipo del cual se trate:

  • Hiperplasia usual. Si es leve, no incrementa el riesgo. Si es moderada, aumenta hasta en dos veces la posibilidad de desarrollar cáncer de mama.
  • Hiperplasia atípica. El riesgo de cáncer mamario es cuatro o cinco veces mayor.

Cuando el diagnóstico es de hiperplasia del seno atípica, implica la siguiente escala de riesgos:

  • A los cinco años del diagnóstico. Alrededor de siete mujeres de cada 100 diagnosticadas desarrollan cáncer mamario.
  • A los 10 años del diagnóstico. En promedio, 13 de cada 100 mujeres diagnosticadas desarrollan cáncer de seno.
  • A los 25 años del diagnóstico. Se calcula que 30 de cada 100 mujeres diagnosticadas desarrollan cáncer de seno.+}

¿Cómo se diagnostica la hiperplasia del seno?

Es importante tener en cuenta que la hiperplasia del seno no genera una masa que resulte detectable al tacto. Por lo tanto, lo usual es que solo se diagnostique gracias a un examen clínico o una prueba de imágenes como mamografía o ecografía.

En la mayoría de los casos, esto conduce a la realización de una biopsia. Esta es la toma de una muestra de tejido que luego se analiza en el laboratorio. Es la manera más segura de confirmar el diagnóstico.

Tratamientos disponibles

El tratamiento habitual para la hiperplasia del seno es la cirugía. Este procedimiento permite extraer las células que presenten anormalidades y verificar que no haya cáncer en la zona. Es posible que el médico también ordene exámenes intensivos de detección de cáncer y medicamentos para reducir el riesgo.

Dado que la hiperplasia del seno está relacionada de forma directa con el riesgo de cáncer, lo usual es que se indique un seguimiento detallado para lograr una detección temprana. Esto puede incluir lo siguiente:

  • Autoexámenes mamarios. Si se hacen de forma regular, permiten familiarizarse con el seno y detectar a tiempo cualquier cambio.
  • Exámenes mamarios clínicos. Deben efectuarse una vez por año.
  • Mamografía anual.
  • Pruebas adicionales de detección. Incluyen imágenes por resonancia magnética e imágenes moleculares. Se realizan dependiendo el riesgo de cada paciente en particular.

Prevención y recomendaciones

La mayoría de las mujeres con hiperplasia del seno no van a desarrollar cáncer. Sin embargo, y para evitar sorpresas desagradables, lo mejor es adoptar medidas preventivas según cada caso.

Las acciones más recomendadas son las siguientes:

  • Estilo de vida saludable. El ejercicio regular, una dieta sana y una vida tranquila son una excelente forma de prevenir el cáncer y muchas otras enfermedades.
  • Identificar el nivel personal de riesgo. Es importante hablar con el médico para tener una idea más concreta acerca del nivel de riesgo individual. No se consiguen datos exactos, pero sí un aproximado.
  • Tomar medicamentos preventivos. El médico puede ordenar un modulador selectivo del receptor de estrógeno para las mujeres premenopáusicas. En las postmenopáusicas es posible emplear inhibidores de la aromatasa.
  • No usar terapia hormonal para la menopausia. La terapia hormonal combinada aumenta el riesgo de padecer cáncer de seno tras la menopausia.
  • Una mastectomía profiláctica. Si el riesgo es muy elevado, es conveniente considerar la alternativa de extirpar una o ambas mamas. Vale la pena evaluar a fondo esta posibilidad.

La prevención es el mejor camino

No sobra hacer hincapié en el hecho de que una vida saludable es la mejor manera de prevenir cualquier enfermedad, incluyendo la hiperplasia del seno. Los hábitos sanos son una excelente inversión para la salud a corto, mediano y largo plazo.

Si una mujer ha sido diagnosticada de hiperplasia del seno, es importante que acuda a las citas de seguimiento de manera puntual. Asimismo, debería acatar todas las recomendaciones del médico. De este modo, disminuye el riesgo de desarrollar cáncer.

Fuente: Mejor con salud

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