RT.- La estructura interna de la muestra de roca lunar 76535, recolectado por la misión Apolo 17 en 1972, podría indicar que nuestro satélite no se desarrolló en sus primeras etapas de evolución como se pensaba hasta ahora, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Hawái.
Anteriormente, se consideraba que esta piedra de troctolita —una roca ígnea compuesta de olivino y plagioclasa muy común en la Luna— era homogénea. Sin embargo, una revisión con microsonda de electrones ha revelado ahora que su estructura es mucho más compleja.
“Sorprendentemente, encontramos variaciones químicas dentro de los cristales de olivino y plagioclasa. El patrón de estas variaciones químicas nos permite limitar las historias del primer enfriamiento a alta temperatura de estos minerales utilizando modelos numéricos de difusión química”, señala el autor principal del estudio, William Nelson.
Según las estimaciones anteriores, el magma dentro de la corteza lunar se enfrió a lo largo de unos 100 millones de años. Sin embargo, “las simulaciones revelaron que esas heterogeneidades solo podían sobrevivir un período de tiempo relativamente corto a altas temperaturas”, explica Nelson. De acuerdo a la simulación realizada por su equipo, este proceso no pudo durar más de 20 millones de años.
“Esto está cambiando nuestra perspectiva sobre cómo se formó un conjunto importante de rocas lunares”, resaltó el investigador.
Sin embargo, los científicos indican que los resultados de su análisis no deberían usarse para enterrar definitivamente la hipótesis del enfriamiento prolongado, ya que la estructura heterogénea de la muestra podría explicarse por la llamada infiltración reactiva, un proceso en el que una masa fundida interactúa con la roca, alterando sus propiedades. Para entender si este fenómeno contribuyó a la formación de la troctolita 76535, el equipo está realizando un nuevo estudio.
El artículo completo de Nelson y sus colegas fue publicado el martes en la revista Nature Communications.