El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, ha declarado este viernes el estado de emergencia, tras una jornada de manifestaciones contra el Gobierno que se ha visto precedida por violentos disturbios en un contexto de grave crisis económica.
Las autoridades del país han culpado a un grupo extremista organizado de estar detrás del intento de allanamiento de una residencia privada del presidente, unas protestas incitadas por la grave crisis económica que vive el país que dejaron además 54 arrestos y 15 policías heridos.
“Se ha revelado que un grupo de extremistas organizados estaba entre los manifestantes”, ha informado en un comunicado la División de Medios Presidencial (PMD), acusándoles de ser los responsables de que la manifestación la pasada noche se volviera “de repente alborotada y violenta”.
Este aumento del tono de la protesta culminó anoche con el intento de allanamiento, que fue repelido por las fuerzas de seguridad mediante el uso de gases lacrimógenos y cañones de agua.
En el comunicado, las autoridades han acusado a los extremistas de intentar desestabilizar el país mediante una campaña “que pide una primavera árabe en Sri Lanka”.
El ministro de Transporte, Dilum Amunugama, ha indicado en una rueda de prensa que 54 personas fueron arrestadas y 15 policías resultaron heridos, de los cuales cinco todavía se encuentran en el hospital, como resultado de los disturbios.
Sri Lanka atraviesa una profunda crisis económica
Esta es la primera vez que los manifestantes se acercan tanto a la residencia presidencial, exigiendo la dimisión del presidente por su incapacidad para abordar la crisis económica, que deja imágenes frecuentes de interminables colas en las gasolineras para obtener combustible o los frecuentes cortes eléctricos.
Las protestas se produjeron el mismo día que la empresa estatal de energía de Sri Lanka impuso un corte eléctrico de 13 horas, el más largo hasta la fecha en el país, ante la falta de combustible provocada por la crisis. Sri Lanka atraviesa una profunda crisis económica derivada de la merma de sus reservas internacionales y un gran endeudamiento.
Sin divisas suficientes para adquirir alimentos, combustible y necesidades básicas, el país entró hace meses en una espiral inflacionaria y de escasez.
Sri Lanka registró un crecimiento negativo del PIB del 3.6% en 2020 debido a la falta de turistas y a las restricciones por la pandemia, según el FMI, que apuntó a que se prevé que la deuda pública haya aumentado hasta el 119% del PIB en 2021 frente al 94% en 2019.
Fuente: RTVE