EFE.- Las víctimas fatales de las fuertes lluvias que azotan el estado de Pernambuco, en el noreste de Brasil, subieron a 56, el mismo número de personas que siguen desaparecidas, en el mayor desastre de los últimos 50 años en Recife, la capital regional, según informaron fuentes oficiales.
Del total de fallecidos por los deslizamientos e inundaciones, al menos 30 se registraron el sábado en la región metropolitana de Recife, la más afectada por el temporal que castiga el noreste de Brasil desde comienzos de esta semana.
El episodio más trágico tuvo lugar en el barrio Jardim Monte Verde, limítrofe entre Recife, capital del estado, y Jaboatao dos Guararapes, donde 20 personas murieron cuando un alud de tierra se llevó por delante decenas de viviendas construidas sobre pequeñas colinas.
La situación este domingo era de desolación. Reginaldo Ramos sobrevivió a la tragedia, pero perdió a 11 parientes, entre ellos a su hija de 31 años, recién formada en Ingeniería y quien había empezado a trabajar hacía 15 días.
“Yo y mi esposa estábamos en la cocina y conseguimos ser rescatados, porque solo nos enterró la parte de abajo de nuestro cuerpo. Mi hija estaba en la habitación y quedó completamente sepultada”, contó Reginaldo, todavía en shock, en declaraciones a Efe.
“Lo perdí todo, pero lo más importante mi hija, que sigue soterrada. Hablé con el teniente de los bomberos y le mostré donde está, pero el acceso es difícil”, lamentó Reginaldo, quien vivía en la zona desde hacía tres décadas.
Los bomberos, el Ejército y los vecinos, principalmente jóvenes, proseguían con las búsquedas mientras la lluvia volvía a castigar la región tras una pequeña tregua y al menos una persona fue localizada sin vida en Jardim Monte Verde, según constató Efe.
Mientras algunos vecinos buscaban cuerpos entre el lodazal, otros, entre lágrimas, retiraban de sus hogares lo poco que quedó de una tempestad nunca vista.
El presidente de la Asociación Vecinos de Jardim Monte Verde, Elvio Miranda, alertó del riesgo de nuevas e inminentes “tragedias” en la zona si las autoridades regionales no desalojan de forma definitiva a las familias que viven en esta barriada humilde.
“Hay que retirar a las familias de las áreas de riesgo y encontrarles nuevas viviendas, porque si no van a ocurrir muchas tragedias en Recife. Hay un riesgo inminente y la probabilidad de que ocurran otras tragedias es grande”, afirmó Miranda, de 58 años, en declaraciones a Efe.
El alcalde de Recife, Joao Campos, calificó la situación de “extremadamente desafiante” y señaló que el fenómeno meteorológico “es completamente atípico” en esa época del año.
“Infelizmente es el mayor desastre de los últimos 50 años registrado en la región metropolitana de Recife”, resaltó Campos.
BOLSONARO SE DESPLAZARÁ EL LUNES A RECIFE
Además de los muertos y desaparecidos, las lluvias dejaron más 4.000 personas desalojadas, muchas de las cuales perdieron sus viviendas, según informó ministro de Desarrollo Regional, Daniel Ferreira, durante una rueda de prensa en Recife.
Hasta allí se desplazó Ferreira junto con una comitiva integrada por el ministro de Salud, Marcelo Quiroga; el de Turismo, Carlos Brito, y el de Ciudadanía, Ronaldo Bento, quienes sobrevolaron este domingo la región afectada por el temporal.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció hoy que visitará Recife el lunes para “enterarse mejor de la tragedia”, la cual se produce dos meses y medio después de que las precipitaciones acabaran con la vida de más de 230 personas en Petrópolis, en la sierra de Río de Janeiro.
El mandatario afirmó en sus redes sociales que el Gobierno puso a disposición “todos sus medios para prestar ayuda a los afectados, incluidas las Fuerzas Armadas”.