Estaciones de trenes en el Reino Unido y del metro de Londres permanecían cerradas o no operativas por la huelga que secundan los trabajadores del sector en demanda de mejoras salariales, lo que ha tenido un fuerte impacto en los usuarios y en la economía.
Esta es la mayor huelga de trenes en el Reino Unido en más de 30 años, después de que el Sindicato nacional de trabajadores ferroviarios, marítimos y del transporte (RMT, en inglés) convocase paros, el 23 y el 25 de junio para reclamar mejoras con la gestora pública de la infraestructura Network Rail y los operadores privados de las líneas.
Debido al cierre de las estaciones del metro se han formado largas colas en las paradas de los autobuses urbanos, mientras que ha sido importante la demanda de taxis y se ha recomendado a los usuarios evitar viajar en la medida de lo posible.
En Londres hay un servicio muy limitado de trenes del metro, ya que la mayor parte de las líneas no operan.
La medida de fuerza coincide con unas importantes pruebas a las que se someten este mes los alumnos de enseñanza secundaria en el país.
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La consejera delegada de UK Hospitality, Kate Nicholls, que agrupa al sector de la hostelería, dijo a la BBC que restaurantes y bares sienten «el impacto de la huelga de trenes, tanto para sus trabajadores que no pueden ir a trabajar, pero lo que es más importante para los clientes que no pueden viajar«.
«Muchos cierran pronto o no abren durante los días de huelga, lo que significa que nuestros trabajadores no pueden trabajar«, añadió.
El ministro británico de Transporte, Grant Shapps, se negó a reunirse con los sindicatos del sector ferroviario, como piden éstos.
«Normalmente no me reúno con ellos porque es una pista falsa. Si pensara que hay una probabilidad de una en un millón, haría una mínima diferencia, por supuesto«, dijo el ministro.
El Gobierno ha indicado que tiene intención de presentar pronto un proyecto de ley para obligar a los operadores a ofrecer servicios mínimos en las huelgas, lo que ahora no ocurre.
EFE